El opositor Juan Guaidó juró como presidente interino de Venezuela con un objetivo: apartar a Nicolás Maduro del poder. Sin embargo, luego de casi cinco meses, su propósito aún no se concreta y el plan Operación Libertad (un alzamiento militar) se encuentra estancado.
En esta entrevista, el también titular de la Asamblea Nacional, reconoce que la batalla desde la trinchera opositora ha sido dura, aunque rechaza que haya desgaste en el movimiento que lidera y asegura que no desistirá de su lucha hasta que se instale un gobierno de transición en el país suramericano, envuelto en una crisis política, económica y humanitaria.
Guaidó, de 35 años, manifiesta que no tiene miedo de ser detenido, más bien señala que su especial temor es la continuidad del régimen. Mantiene sobre la mesa la posibilidad de una intervención militar y agradece el respaldo del gobierno de Donald Trump, desde que asumió su cargo a finales de enero.
El contacto de La Nación con el presidente interino se efectuó vía correo electrónico. Sus respuestas las envió el miércoles 19 de junio.
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– Han pasado casi cinco meses desde que juró como presidente interino de Venezuela. ¿La lucha contra el régimen de Maduro ha sido más dura de lo que esperaba, tomando en cuenta que la ayuda alimentaria no ingresó en su totalidad al país y la cúpula militar sigue estando del lado del mandatario?
- Ha sido una lucha muy dura, no cabe duda de eso. Que los venezolanos ansiamos un desenlace rápido es comprensible, pero en estos meses el movimiento democrático ha tenido victorias importantes como el reconocimiento por la mayoría de las democracias del mundo a nuestra presidencia interina, la protección de activos de Venezuela en el exterior que será muy útil para la recuperación económica del país en el próximo futuro. Sin embargo, es obvio que nuestro objetivo central no se ha conseguido.
“Pero eso no quiere decir que desistamos de nuestro propósito de cesar la usurpación del poder político y constituir efectivamente un gobierno de transición que lleve al país a unas elecciones libres y justas”.
– ¿Por qué han disminuido los llamados a manifestaciones?
- Las movilizaciones populares en las que hemos participado en distintos puntos del país no dejan de ser multitudinarias, como es fácilmente constatarlo. Por ejemplo, la que acabamos de realizar en el estado de Mérida.
– ¿Cómo va el reto de evitar la desesperanza entre sus seguidores y mantener usted la energía? ¿Ha sido un proceso desgastante?
- Los venezolanos estamos decididos a hacer uso de los todos recursos legítimos a nuestro alcance para derrotar definitivamente la dictadura en Venezuela. En ese empeño no vamos a desistir. Sí es un proceso muy duro, pero nuestra única alternativa es seguir impulsando el cambio, movilizando y organizando a los ciudadanos.
– Pese a las múltiples deserciones de militares, la cúpula militar sigue unida. ¿Cree que pueda darse una fractura en algún momento?
- Hasta el pasado 30 de abril la dictadura lucía inconmovible, cohesionada, pero quedó en evidencia que no es así, porque los que sostienen el régimen de Maduro, incluyendo a los militares, también desean su salida del poder. Nosotros no esperamos una fractura dentro de la institución militar, pero esperamos que actúen apegados a la Constitución y apoye la redemocratización de Venezuela.
– ¿Qué informaciones tiene de lo que pasa dentro del Ejército de Venezuela para que siga siendo un sostén importante de Maduro?
- Este año 2019 comenzó con más militares presos por razones políticas que civiles. Ese es un dato revelador del descontento dentro de los cuarteles, pero también del grado de represión al que son sometidos los oficiales por parte de los órganos de represión de la dictadura.
– A estas alturas de la crisis y los resultados obtenidos, ¿contempla la posibilidad de una intervención militar en Venezuela?
- Nosotros hemos buscando insistentemente una salida pacífica del régimen de Maduro. No obstante, no renunciaremos a nuestro derecho de hacer uso de todos los recursos legítimos a nuestro alcance para derrotar definitivamente la dictadura en Venezuela. En ese empeño no vamos a desistir. Nuestra Constitución le asigna a la Asamblea Nacional venezolana la potestad de invocar determinadas decisiones a ese respecto y será ella como cuerpo colegiado la que decidirá si procede invocarla o no.
– ¿Considera que el papel de Estados Unidos lo ha beneficiado o lo ha perjudicado por el protagonismo que ha tenido el presidente Donald Trump?
- El Gobierno y el Congreso de los Estados Unidos han sido de gran apoyo a nuestra causa. Ellos sostienen una política bipartidista hacia Venezuela y se lo agradecemos. Así como también valoramos mucho el apoyo de la mayoría de las democracias de latinoamericanas y europeas.
– ¿Por qué aún no ha hecho el llamado a elecciones anticipadas si ha tenido la oportunidad de hacerlo? ¿Qué espera para llevarlo a cabo?
- Porque no queremos acciones simbólicas, sino reales, concretas. Eso ocurrirá cuando cese la usurpación de la Presidencia de la República y se constituya efectivamente el gobierno de transición.
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– ¿Teme que lo detengan en algún momento? ¿Se moviliza con miedo?
- Mi temor es que la dictadura continúe. Corremos los riesgos que nuestra responsabilidad implica.
– ¿Qué mantiene a Nicolás Maduro en el poder?
- El miedo de los grupos que aún le sostienen.
– ¿Cuál es el propósito de los contactos en Noruega entre opositores y representantes del gobierno?
No renunciaremos a explorar cualquier posibilidad que nos permita concretar la ruta política que le hemos planteado al país. No descartamos ninguna salida si ella nos conduce efectivamente al cese de la usurpación, al gobierno de transición y a las elecciones libres. Ese nos parece el camino lógico a seguir con el fin de reinstitucionalizar a Venezuela.