Tegucigalpa
Juan Orlando Hernández, del conservador Partido Nacional, asume el lunes la presidencia de Honduras, considerado por las Naciones Unidas como el país más violento y uno de los más pobres del mundo.
El político, de 46 años, es abogado de profesión y el primero que logra un segundo triunfo consecutivo de su partido desde que el país retornó a la democracia en 1981, tras casi dos décadas de regímenes militares.
Su toma de posesión tendrá lugar en el Estadio Nacional de Tegucigalpa, con capacidad para casi 40.000 personas. Allí, las autoridades cerraron 12 calles aledañas y mantienen un dispositivo de seguridad de 6.000 policías y soldados.
Al estadio no se permite el ingreso de niños, botellas plásticas y de vidrio, agua ni palos, debido a que el izquierdista Partido Libertad y Refundación, fundado por el derrocado expresidente Manuel Zelaya, ha amenazado con manifestaciones callejeras.
El gobierno dio un permiso de cinco horas a los empleados públicos para asistir a los actos oficiales.
De las nueve elecciones generales celebradas en 33 años, cinco las ganó el Partido Liberal y cuatro el Nacional. Ambos partidos tradicionales se han disputado el poder en Honduras desde hace más de un siglo.
Delegaciones de 75 países concurren al evento, entre ellos los presidentes Juan Manuel Santos de Colombia, Ricardo Martinelli de Panamá, Laura Chinchilla de Costa Rica, Danilo Medina de República Dominicana, Ma Ying-jeou de Taiwán y Atifete Jahjaga de Kosovo.
Asimismo, el príncipe Felipe de Borbón de España, la secretaria adjunta norteamericana Roberta Jacobson y el secretario general de la Organización de los Estados Americanos, José Miguel Insulza.
Hernández sustituye a su correligionario Porfirio Lobo, quien asumió en enero de 2010 en medio de una crisis política y social surgida por el derrocamiento de Zelaya, lo que mantuvo aislada a Honduras por un año.
En su gestión de cuatro años, que concluye en enero de 2018, Hernández enfrentará grandes desafíos, como un déficit fiscal del 8% y una deuda interna y externa superior a los 8.000 millones de dólares.
Honduras es azotada por una violencia que deja a diario un promedio de 20 muertos, mientras que la pobreza afecta al 66% de los 8,5 millones de hondureños. La tasa de homicidios del país es de 85,5 por cada 100.000 habitantes.