San Salvador. Los jueces de El Salvador mayores de 60 años o con 30 años de servicio, cesados por un decreto legislativo promulgado por el presidente Nayib Bukele, deberán dejar el cargo este viernes o perderán su indemnización, advirtió la Corte Suprema.
Los magistrados contemplados en el decreto de retiro obligatorio “deberán presentar su renuncia a más tardar el viernes 24 de setiembre” para que puedan “gozar” de una bonificación equivalente a 24 meses de salario, consignó la Corte en un comunicado.
El llamamiento de la Corte se respalda en un decreto de la Asamblea Legislativa controlada por los aliados del presidente Bukele, que el 31 de agosto ordenó la separación de los jueces como parte de una reforma judicial que los administradores de justicia afectados consideran de “purga”.
El gobernante promulgó este decreto el 17 de setiembre.
La Corte Suprema, también liderada por magistrados que el Congreso oficialista nombró, acordó el pasado viernes dar una bonificación de 24 salarios a los jueces que renuncien antes de la entrada en vigencia del mencionado decreto.
“Los jueces que no presenten su renuncia en la fecha antes estipulada (24 de setiembre), o que cumplan cualquiera de los dos requisitos (60 años de edad o 30 de servicio) quedarán cesados de pleno derecho”, agrega el documento.
Los jueces, que se oponen a la medida de fuerza, acudieron el pasado viernes ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con sede en Washington, a “denunciar al Estado salvadoreño, por la violación a los derechos humanos, derivados de dicho acto que reforma la ley de la carrera judicial”.
Cuando la nueva Asamblea Legislativa salvadoreña controlada por Bukele asumió funciones el 1 de mayo, destituyó y reemplazó a los magistrados de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia y al fiscal general, que habían tenido serias diferencias con el gobernante.
Esta nueva Sala Constitucional interpretó a inicios de este mes un artículo de la Constitución que da luz verde para que Bukele se presente a una reelección, si así lo desea, en el 2024.
Todos estos hechos le han valido críticas de la comunidad internacional, a las que el presidente acusa de financiar a sus opositores.
En el poder desde junio del 2019, Bukele goza de un amplio apoyo y ha capitalizado el descontento popular respecto de los partidos tradicionales que gobernaron por tres décadas.
Acusado de autoritarismo, se autodenominó irónicamente “dictador” el lunes en su perfil en Twitter, y ahora se presenta en esa red social como “El Dictador más cool del mundo mundial”.
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