Washington. ”Dime con quién andas y te diré quién eres”, arranca un anuncio de campaña de Joe Biden, el primero en español e inglés desde que el candidato presidencial demócrata anunció a Kamala Harris como su compañera de fórmula. “Una aliada, una defensora de la comunidad latina”.
Como mujer que no es blanca e hija de inmigrantes, Harris trae a la campaña en Estados Unidos una fuerte dosis de emoción y entusiasmo que ayudará a movilizar el voto de los hispanos, mayoritariamente enfrentados al presidente Donald Trump.
Los latinos serán por primera vez la principal minoría étnica en una elección presidencial, con una proyección récord de 32 millones electores, 13,3% del total, según el Instituto Pew.
En las elecciones del 2018, cuando el Partido Republicano de Trump perdió el control de la Cámara de Representantes, 69% de los latinos votaron por demócratas.
Christine Marie Sierra, profesora emérita de Ciencias Políticas de la Universidad de Nuevo México, explicó que esta tendencia a favor del partido opositor se mantendrá, pero que la entrada de Harris a la fórmula “puede cambiar el nivel de entusiasmo, lo que se traduce en mayores tasas de votación y posibles victorias en elecciones reñidas”.
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“Harris representa una historia de inmigrantes”, hija de una india y un jamaiquino, “y eso ya ha generado mucha emoción entre las comunidades de inmigrantes”, añadió.
Una encuesta de Latino Decisions mostró que 59% de los votantes latinos encuestados en estados clave en las elecciones estaban entusiasmados con la entrada de Harris a la fórmula de Biden, y 52% aseguró que su presencia los hará más propensos a votar por el exvicepresidente, de 77 años.
"La selección de Harris es una oportunidad para que Biden capitalice el voto latino y movilice a los jóvenes votantes latinos", escribió Anais López, analista de Latino Decisions.
Harris -que se convertiría en la primera mujer y la primera persona no blanca en ocupar la vicepresidencia si Biden gana el 3 de noviembre- será la principal oradora de este miércoles en la convención demócrata, precedida por el expresidente Barack Obama.
Inmigración y campaña
Criticado por el control de la pandemia y azotado por el desplome económico, Trump vuelve a apelar a su cruzada antimigratoria para agitar a su base y renovar su mandato por otros cuatro años.
"No ve a los inmigrantes como humanos", zanjó Juan Escalante, un activista venezolano protegido por DACA, el programa creado por Obama -que permite estudiar y trabajar a cientos de miles de indocumentados que llegaron al país de niños con sus padres- y fue eliminado por Trump.
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Biden ha enfrentado el escrutinio por su historial sobre inmigración cuando era vicepresidente de un gobierno que deportó a casi tres millones de indocumentados.
"Su récord migratorio tal vez no es el mejor, pero está tratando de proponer soluciones reales a errores pasados", señaló Escalante, politólogo.
Biden, un moderado, se ha comprometido a restituir DACA, impulsar legislación en el Congreso para legalizar a 11 millones de indocumentados y revertir las políticas de asilo de Trump.
En el 2016, Trump obtuvo el 30% del voto latino, entre los cubano-estadounidenses, que tienden a apoyar a los republicanos, pero también de los veteranos de guerra y los evangélicos oriundos de Centroamérica.
Y Florida concentra buena parte de ese elector reticente a apoyar a los demócratas.
Christian Ulvert, estratega del Partido Demócrata basado en Miami, explicó que no obstante su partido está conquistando a los descendientes de cubanos más jóvenes, así como a la comunidad colombiana y puertorriqueña.
Con muchos indecisos, aplicarán una campaña “agresiva” a la que Harris “aporta un gran valor”, dijo.
Un tema que pesa igualmente en Florida es Venezuela y la relación que un posible gobierno Biden-Harris tenga con Nicolás Maduro, a quien Trump ha tachado de dictador e impuesto una avalancha de sanciones.
Harris ha dicho también que Maduro “es un dictador represivo y corrupto”, y ha prometido impulsar un estatuto de protección (TPS) para venezolanos.
Pero es contraria a la intervención militar que los venezolanos más radicales piden a gritos... muchos de ellos en Miami y convencidos de que Trump, en efecto, irá a la guerra.