Washington. La Organización de los Estados Americanos (OEA) condenó este jueves el asesinato del candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio, a quien rindió homenaje guardando un momento de silencio.
Es un acto "atroz" y "una afrenta a los principios y valores" de los estados americanos, afirmó Ronald Sanders, representante permanente de Antigua y Barbuda, al presidir este jueves el Consejo Permanente, órgano ejecutivo de la OEA.
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Antes de que comenzara la sesión, convocada para conocer el informe de la visita del secretario general de la OEA Luis Almagro a Guatemala, los asistentes guardaron silencio, de pie, por el asesinato el miércoles de Villavicencio de varios disparos tras salir de un mitin.
Villavicencio era uno de los ocho presidenciables para las elecciones generales anticipadas previstas para el 20 de agosto.
El presidente ecuatoriano Guillermo Lasso atribuyó la autoría del crimen a miembros del "crimen organizado".
Almagro insistió en el peligro que representan el crimen organizado y el narcotráfico, que tachó de “enemigos de la democracia”.
"Están dispuestos a todo para mantener cotas de poder, espacios de poder y sus intereses económicos", dijo. Por eso "defender la democracia con todos los medios que tenemos es prioritario", aseguró.
El embajador permanente de Ecuador ante la OEA, Mauricio Montalvo Samaniego, tomó la palabra para agradecer el gesto del Consejo Permanente "en un momento muy trágico".
"El Ecuador está de luto, está conmocionado, se siente devastado", afirmó en la sede de la organización en Washington.
"Momentos trágicos y oscuros se ciernen sobre nosotros, actos inusitados nunca vistos" marcados por "la inseguridad, la criminalidad, la violencia y la inhumanidad", pero "se hará justicia" para "que este deplorable crimen político y de odio no quede en la impunidad", prometió.
El miércoles por la noche, la misión de observación electoral de la OEA ya emitió un comunicado para condenar "el salvaje asesinato" que "no solo atenta contra personas individuales, sino que también socava las instituciones y atenta contra el proceso democrático".
Ecuador, situado entre Colombia y Perú, los principales productores mundiales de cocaína, sufre una ola de violencia, sobre todo en las cárceles, vinculada al narcotráfico.