Londres. Tras la dramática dimisión de Boris Johnson, la carrera comenzó el viernes para reemplazarlo como líder del Partido Conservador británico y, por consiguiente, como primer ministro, puesto del que la oposición laborista quiere expulsarlo ya, sin esperar a que haya un sucesor.
El calendario de estas largas elecciones internas no se anunciará hasta la próxima semana. Pero el diputado conservador Tom Tugendhat, presidente de la comisión parlamentaria de Relaciones Exteriores, y la Fiscal General, Suella Braveman, ya anunciaron sus candidaturas.
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Un sondeo del gabinete YouGov realizado entre votantes conservadores indicó al ministro de Defensa, Ben Wallace, y a la secretaria de Estado de Comercio Internacional, Penny Mordaunt, entre los favoritos. Sin embargo, ninguno de ellos oficializó su participación en la carrera por convertirse en el próximo inquilino de Downing Street.
Fue precisamente frente a la célebre puerta negra de la residencia oficial del jefe de gobierno, frente a su familia y colaboradores reunidos, donde Johnson anunció el jueves que, ante la insoportable presión interna, renunciaba al liderazgo de la formación gubernamental.
“Es claramente la voluntad del grupo parlamentario conservador que haya un nuevo líder del partido y, por tanto, un nuevo primer ministro”, reconoció, sin pronunciar la palabra dimisión.
Afirmó también que permanecerá a las riendas del Ejecutivo hasta que su formación celebre elecciones internas en el verano boreal para designar a un nuevo dirigente antes de su congreso anual en octubre. Quien resulte elegido se convertirá automáticamente en primer ministro hasta las próximas legislativas, previstas en el 2024.
Llamado a irse ya
Una de las figuras del Partido Conservador, el exprimer ministro John Major, elevó inmediatamente la voz contra la “insostenible” permanencia de Johnson en el cargo, sugiriendo que el viceprimer ministro Dominic Raab actúe como jefe de gobierno interino.
Pero el portavoz de Downing Street descartó esta posibilidad el viernes, asegurando a los periodistas que Johnson “sigue siendo primer ministro hasta que haya un nuevo líder del partido y el trabajo del gobierno continuará mientras eso ocurra”.
Si los conservadores no expulsan inmediatamente a Johnson, la principal fuerza de la oposición lanzará una moción de censura contra el Ejecutivo, amenazó la número dos del Partido Laborista, Angela Rayner. “Es un mentiroso probado, sumido en la corrupción, y no podemos vivir con esto dos meses más”, dijo a la BBC.
El Partido Laborista se vio legitimado el viernes cuando la policía anunció que tanto Rayner como su número uno, Keir Starmer, fueron exonerados en una investigación sobre si infringieron las reglas anticovid con una cena de trabajo durante una campaña electoral en abril del 2021.
Pero para hacer caer al gobierno, los laboristas necesitarían el apoyo de decenas de diputados conservadores. E incluso los más rebeldes desconfiarían de esta maniobra para precipitar unas elecciones anticipadas muy perjudiciales ahora para ellos.
No logró resistir
Johnson resistió férreamente durante días los llamados a su dimisión. Pero acabó claudicando el jueves, cuando ya habían renunciado unos 60 miembros de su gobierno en una sangría que comenzó el martes con dos pesos pesados, el ministro de Finanzas, Rishi Sunak, y el de Salud, Sajid Javid.
Las renuncias de Javid y Sunak tuvieron lugar horas después de que el primer ministro reconociera su “error” al nombrar para un importante cargo parlamentario a Chris Pincher, obligado a dimitir acusado de abusos sexuales a dos hombres, uno de ellos diputado.
Tras afirmar lo contrario, Downing Street reconoció que el primer ministro fue informado en el 2019 de anteriores acusaciones contra Pincher, pero que las había “olvidado”. Durante unos meses, el controvertido primer ministro logró hacer olvidar los escándalos que lo rodeaban gracias a su determinada ayuda a Ucrania contra la invasión rusa.
Pero a principios de junio, se enfrentó a un voto de censura de sus propios diputados. Sobrevivió gracias al apoyo de 211 de sus 359 legisladores, pero los 148 votos en su contra hicieron patente que el descontento no dejaba de crecer. Varios reveses electorales, los últimos en dos legislativas parciales el 23 de junio, convencieron a un creciente número de conservadores de que Johnson ya no podía liderarlos hacia las próximas legislativas.
Campeón de las elecciones del 2019, cuando logró la más importante mayoría conservadora en décadas gracias a la promesa de realizar el Brexit, el primer ministro cae desde hace meses en las encuestas entre numerosos escándalos, encabezados por las fiestas ilegales organizadas en Downing Street durante los confinamientos del 2020 y el 2021.