Berlín. El fantasma del ciberespionaje ruso planea sobre la campaña de las elecciones legislativas alemanas del 26 de setiembre, después de que la Justicia abriera una investigación por espionaje cibernético a diputados, presuntamente impulsado por los servicios secretos rusos.
“Puedo confirmar que hemos abierto una investigación por sospecha de actividad de inteligencia extranjera”, dijo un vocero de la Fiscalía.
Así respondió a la pregunta sobre las acusaciones formuladas a principios de esta semana por el gobierno alemán contra los servicios de inteligencia rusos por los ataques de phishing contra diputados alemanes.
Entonces, una vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores criticó duramente una supuesta tentativa rusa para influir en las elecciones legislativas del 26 de setiembre.
En esos comicios se elegirá al sucesor de la canciller Angela Merkel, tras 26 años al frente del gobierno.
Las autoridades alemanas acusaron a los servicios de inteligencia GRU (rusos) de perpetrar ataques cibernéticos contra el partido de Merkel, la conservadora Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU), y el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD).
Aunque forman parte del actual gobierno de “gran coalición”, ambas formaciones se disputarán la victoria en unas ajustadas elecciones, en que los sondeos pronostican que los socialdemócratas disponen actualmente de algunos puntos de ventaja sobre los conservadores.
‘Campaña de desinformación’
La vocera de Exteriores, Andrea Sasse, solicitó el lunes que “se detuvieran de inmediato” los ciberataques.
Según ella, podrían servir “para preparar una operación para influenciar” en los comicios, por ejemplo, con una “campaña de desinformación”.
La Unión Europea y Estados Unidos acusaron en numerosas ocasiones a Rusia de intentar influir en numerosas contiendas electorales en países occidentales, sin embargo, el Kremlin siempre negó estar involucrado en este tipo de hechos.
Según el semanario Der Spiegel, que reveló el caso en marzo, los piratas informáticos de “la operación Ghost Writer”, impulsada por el GRU, intentaron acceder a correos electrónicos privados de diputados nacionales y regionales.
Los hackers imitaron el correo de personas a los que los diputados tenían confianza para tenderles una trampa y así lograr un acceso ilimitado a sus buzones electrónicos. Y en algunos casos lo consiguieron.
Un tipo de acusación habitual
Los casos de espionaje, atribuidos al Kremlin, resultan muy habituales en Alemania desde hace años.
Las autoridades alemanas ya habían acusado a Rusia de estar detrás de un amplio pirateo informático dirigido contra ordenadores del Parlamento alemán y el equipo de Merkel.
No obstante, lo que enturbió más las relaciones entre Berlín y Moscú fue el intento de envenenamiento del opositor ruso Alexéi Navalni en agosto del 2020, atribuido a la administración rusa por los occidentales.
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Cuando estaba en coma, trasladaron a Navalni a un hospital de Berlín y los médicos alemanes diagnosticaron un envenenamiento con una sustancia parecida al Novitchok.
Este asunto dificultó los vínculos entre el gobierno alemán y el ruso, a pesar de que Merkel defendió en los últimos años una política de cierta cooperación con el presidente Vladimir Putin.
Uno de los principales proyectos entre Berlín y Moscú es el gasoducto Nord Stream, que conectaría los dos países y al que Estados Unidos mostró una oposición feroz.