Londres. Los diputados británicos sumieron este miércoles en el caos al gobierno de Boris Johnson: le arrebataron su estrategia negociadora de un brexit sin acuerdo y le denegaron la tabla de náufrago de unas elecciones anticipadas luego de la pérdida de su mayoría.
Por 327 votos contra 299, la Cámara de los Comunes adoptó una legislación que obliga al Ejecutivo a pedir otro aplazamiento, de tres meses, del brexit previsto para el 31 de octubre, si no se logra un nuevo acuerdo con Bruselas antes del 19 de octubre.
El texto pasará ahora a la Cámara de los Lores, donde un grupo de proeuropeos intentará impedir una eventual maniobra de bloqueo por parte de los euroescépticos.
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Debilitado por la pérdida de su mayoría parlamentaria y la imposición de un nuevo aplazamiento del brexit, que según él socava su principal estrategia para que la Unión Europea (UE) acepte sus condiciones en una nueva negociación, Johnson contraatacó sometiendo inmediatamente su propuesta de comicios anticipados el 15 de octubre.
"El país debe decidir si es el líder de la oposición o soy yo quien vaya a Bruselas" a intentar obtener un acuerdo, dijo en referencia a su rival laborista Jeremy Corbyn.
Sin embargo, para adelantar las legislativas –normalmente previstas en el 2022– necesitaba el acuerdo de dos tercios de una cámara de 650 escaños y fracasó: su moción obtuvo solo 298 votos a favor.
La oposición, una gran mayoría de la cual se abstuvo, afirmó temer una “treta” del primer ministro mientras la ley contra un brexit sin acuerdo no haya sido ratificada por la cámara alta del Parlamento.
"El nivel de confianza en Boris Johnson es muy, muy bajo", afirmó Keir Starmer, del Partido Laborista, pese a reconocer que su formación quiere elecciones generales.
Suspensión ‘legal’ del Parlamento
"Boris es un amigo mío, y lo va a conseguir. No hay duda al respecto", afirmó el presidente estadounidense Donald Trump desde Washington. "Boris sabe cómo ganar. No se preocupen por él", agregó.
Los mercados no pensaban lo mismo: la libra esterlina se había disparado 1% desde la mañana, anticipando su derrota, dado que la oposición contaba con el apoyo de 21 conservadores rebeldes que el martes ya votaron contra el gobierno para permitir presentar la legislación contra un brexit sin acuerdo.
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Esta insumisión les valió la expulsión del grupo parlamentario conservador, que se quedó en minoría.
Los británicos decidieron salir de la Unión Europea por 52% de votos en el referendo del 2016.
Sin embargo, el brexit, inicialmente previsto para el pasado marzo, fue aplazado dos veces ante el rechazo del Parlamento al Tratado de Retirada negociado por la anterior primera ministra, Theresa May.
Johnson llegó al poder en julio asegurando que bajo ninguna circunstancia pediría una nueva prórroga y prometió sacar al país de la UE el 31 de octubre, con o sin acuerdo.
No obstante, muchos temen las consecuencias de una salida brutal de caóticas consecuencias económicas.
Los opositores deben apurarse, ya que el primer ministro decidió suspender las labores parlamentarias la próxima semana y hasta el 14 de octubre, una medida denunciada como "deshonesta".
Este miércoles, un juez de Escocia la declaró sin embargo "legal", afirmando que se inscribe en el "dominio de la política y no puede evaluarse con criterios legales sino solamente políticos". Otra demanda será examinada en Londres el jueves.
Pesimismo de la Comisión Europea
Como en días anteriores, los manifestantes hicieron oír su voz frente al Palacio de Westminster. Incluso las juventudes conservadoras llamaron a protestar contra la "radicalización" de su partido.
“Un brexit sin acuerdo es totalmente inaceptable”, manifestó Jack Hargreaves, de 34 años, que milita por un segundo referendo, afirmando que “es una cuestión de democracia en este país”. Junto a él un manifestante enarbolaba un pancarta que decía: “Nadie votó por un dictador”.
Desde Bruselas, la Comisión Europea estimó este miércoles que “el poco tiempo restante y la situación política” aumentan el riesgo de una salida brutal del bloque.
Y propuso ampliar el Fondo de Solidaridad de la UE, destinado a ayudar a los países afectados por catástrofes, a las personas y países "más afectados por una retirada sin acuerdo".
Por su parte y pese a la incertidumbre, el Reino Unido “pasará la página” de una década de austeridad, afirmó el ministro de Finanzas, Sajid Javid, al presentar un presupuesto que aumentará en 13.800 millones de libras ($16.800 millones, 15.300 millones de euros) el gasto público, especialmente en educación y sanidad.