La decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de revocar su emblemática sentencia “Roe v. Wade”, que desde 1973 garantizaba el derecho de las mujeres estadounidenses a abortar, generó opiniones dividas entre los líderes políticos del país y un rechazo general de organismos internacionales como la ONU.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, criticó fuertemente la decisión del tribunal y aseguró que “es un día triste para la Corte y el país”. En un discurso realizado desde la Casa Blanca, el mandatario afirmó que la derogación del aborto es “un error trágico”, que “pone en peligro la salud y la vida de las mujeres”.
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“La Corte ha hecho lo que nunca antes había hecho, eliminar expresamente un derecho constitucional que es tan fundamental para tantas estadounidenses que ya había sido reconocido. La decisión de la Corte de hacerlo tendrá consecuencias reales e inmediatas”, manifestó.
Biden afirmó que tres jueces nombrados por el expresidente Donald Trump “fueron el núcleo de la decisión de eliminar un derecho fundamental de las mujeres. “Esta decisión es la culminación de un esfuerzo deliberado durante décadas para alterar el equilibrio de nuestra ley. Es la realización de una ideología extrema y un trágico error de la Corte”, agregó.
El presidente estadounidense enfatizó en que “hará todo lo posible” para proteger los derechos de las mujeres en los estados más conservadores del país. La mitad de los estados, sobre todo en el sur y el centro, podrían prohibirlo totalmente en su territorio; Misuri y Dakota del Sur ya anunciaron que lo harán.
Biden aprovechó su discurso solemne para hacer un llamado a los estadounidenses a defender el derecho al aborto en las elecciones de medio mandato, las cuales tendrán lugar en el próximo mes de noviembre. “El Congreso debe actuar. Y con su voto ustedes intervenir para tener la palabra final. Esto no se ha acabado”, concluyó el mandatario.
Por su parte, la vicepresidenta Kamala Harris calificó como “una crisis de salud” la derogación del aborto. “Millones de mujeres en Estados Unidos se acostarán esta noche sin acceso a la atención médica y reproductiva que tuvieron esta mañana; sin acceso a la misma atención médica o reproductiva que tuvieron sus madres y abuelas durante 50 años”, expresó Harris.
Harris añadió que es la primera ocasión que un derecho constitucional “ha sido arrebatado a la población estadounidense” e insto a las personas a permanecer unidos en la defensa de “uno de los ideales y principios más fundamentales”, que ha permanecido durante generaciones.
El expresidente Barack Obama, también lamentó la decisión del tribunal. “Hoy, la Corte Suprema no solo revirtió casi 50 años de precedente histórico, sino que relegó la decisión más intensamente personal que alguien puede tomar a los caprichos de políticos e ideólogos atacando las libertades fundamentales de millones de estadounidenses”.
A él se unió la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien calificó la decisión como un insulto a las mujeres. “Las mujeres estadounidenses de hoy tienen menos libertad que sus madres. Las decisiones fundamentales de salud de una mujer son propias, en consulta con su médico y sus seres queridos, no deben ser dictadas por políticos de extrema derecha”, manifestó Pelosi.
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“Los republicanos radicales están avanzando con su cruzada para criminalizar la libertad de salud. En el Congreso, los republicanos están tramando una prohibición del aborto en todo el país”, enfatizó la dirigente en un comunicado de prensa.
De igual forma, el primer ministro británico, Boris Johnson, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, expresaron su rechazo a la decisión de la Corte, que si bien no convierte en ilegales las interrupciones del embarazo, hace retroceder a Estados Unidos a la situación vigente antes de la sentencia de 1973, cuando cada estado era libre de autorizarlas o no.
Conservadores celebran
Por el contrario, los conservadores estadounidenses acogieron con satisfacción el fallo y celebraron por todo lo alto tras conocer que la Corte Suprema había enterrado la sentencia que garantizaba el derecho a abortar a todas las mujeres del país.
El expresidente Trump fue uno de ellos y afirmó en declaraciones al canal Fox News que la decisión del máximo órgano judicial obedece a “la voluntad de Dios”. Al ser consultóado sobre su papel en esta decisión debido a su nombramiento de tres conservadores a integrar el alto tribunal, manifestó que el fallo “sigue la Constitución”.
Mike Pence, exvicepresidente y mano derecha de Trump, señaló que la sentencia “Roe v. Wade” de 1973 ha quedado “enterrada en el olvido”. “Al devolver el tema del aborto a los estados y al pueblo, la Corte Suprema ha corregido un error histórico”, consideró.
Por su parte, Kevin McCarthy, líder republicano en la Cámara de Representantes, celebró la sentencia y aplaudió el fallo “que salvará vidas inocentes”. “Cada niño por nacer es precioso, extraordinario y digno de protección. La Corte tiene razón al devolver el poder de proteger a los nonatos a los representantes electos del pueblo en el Congreso y los estados”, expresó.
ONU externa preocupación
La alta comisionada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, manifestó que la sentencia de la Corte Suprema “es un duro golpe” para los derechos humanos de las mujeres y la igualdad de género.
Bachelet calificó el fallo como “un retroceso mayor”, después de cinco décadas de protección de la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en Estados Unidos a través de ‘Roe vs. Wade’. “Más de 50 países con leyes previamente restrictivas han liberalizado su legislación sobre el aborto en los últimos 25 años. Con el fallo de hoy, lamentablemente Estados Unidos se está alejando de esta tendencia progresista”, lamentó.
“El acceso al aborto seguro, legal y efectivo está firmemente arraigado en el derecho internacional de los derechos humanos y es el núcleo de la autonomía y la capacidad de las mujeres y las niñas para tomar sus propias decisiones sobre sus cuerpos y vidas, libres de discriminación, violencia y coerción”, agregó la alta comisionada.
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De acuerdo con Bachelet, esta decisión despoja a millones de mujeres en los Estados Unidos, particularmente a las de bajos ingresos y a las pertenecientes a minorías raciales y étnicas, del derecho a decidir sobre sus cuerpos, lo que representa una transgresión a los derechos humanos.
De la mano con la ONU, Amnistía Internacional manifestó que “el aborto es un derecho humano. Para todos. En todas partes. Nunca dejaremos de luchar”. “Esta decisión racista, draconiana y vergonzosa obligará a mujeres, niñas y personas que pueden quedar embarazadas a buscar abortos inseguros”, apuntó por su parte Erika Guevara, directora para las Américas de AI.