Washington. Los demócratas, con mayoría en el Senado estadounidense, quieren adoptar a toda costa una ley que asegura proteger el acceso al voto de las minorías, como los latinos, y para lograrlo amenazan con acabar con una tradición parlamentaria de “obstrucción”, muy usada por los republicanos.
Esta tradición es llamada filibusterismo u obstruccionismo parlamentario y obliga al Senado a aprobar la mayoría de las leyes con 60 votos, sobre un total de 100. Los demócratas han decidido impulsar un proyecto de ley de reforma electoral que supuestamente neutralizará una serie de restricciones aprobadas en estados republicanos de todo el país.
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Lo hacen aprovechando el viento a favor con motivo del aniversario, el 6 de enero, del asalto al Capitolio por parte de simpatizantes del expresidente republicano Donald Trump. Desde hace unos meses algunos estados impusieron restricciones al voto, basándose en acusaciones de fraude en las elecciones presidenciales del 2020 proferidas, sin fundamento, por Trump y sus colaboradores.
Las asociaciones de defensa de los derechos civiles han puesto el grito en el cielo porque consideran que las restricciones dificultan el voto a las minorías, sobre todo a los afroamericanos y latinos.
En Georgia, las personas que entregan bebidas o bocadillos a los votantes que esperan en la fila ahora pueden ser acusadas penalmente. En Iowa y Kansas, quienes devuelvan papeletas defectuosas en nombre de votantes con discapacidades podrían ser juzgados.
Texas ha prohibido el voto desde los automóviles y las jornadas de votación de 24 horas, y también que los funcionarios electorales promuevan el sufragio por correo. Se han adoptado leyes similares en más de una decena de otros estados y los defensores de los activistas estiman que complican la vida a los votantes.
Eliminar norma
Para contrarrestar estas restricciones, los demócratas cuentan con un proyecto de ley que lleva meses empantanado en el Senado debido al filibusterismo. El jefe demócrata del Senado, Chuck Schumer, aboga por eliminar esta norma.
“El Senado debe cambiar, como lo ha hecho muchas veces antes”, afirmó en una carta dirigida este lunes a sus compañeros del partido. Derogar esta tradición parlamentaria permitiría a los senadores votar por mayoría simple y el campo demócrata dispone de ella en la cámara alta, aunque por escaso margen.
De esta manera solo con sus votos podrían adoptar una serie de medidas impulsadas por el presidente Joe Biden. “Esperamos que nuestros colegas republicanos cambien de rumbo y trabajen con nosotros” en el proyecto de reforma electoral, agregó Schumer.
De lo contrario, antes del 17 de enero se someterá a votación un texto para modificar el famoso “obstruccionismo”, advirtió, con el fin de “proteger los cimientos de nuestra democracia: elecciones libres y justas”.
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De todos modos no es seguro que vaya a ser adoptado, puesto que dos demócratas conservadores se oponen duramente a que se elimine la polémica norma por estimar que el “obstruccionismo” impulsa la búsqueda de acuerdos en un sistema democrático.
Aunque esta norma corre el riesgo de obstaculizar su mandato, por el momento Biden se ha mantenido prudente sobre su posible abandono. Biden, quien fue senador durante más de 35 años, presume de buscar puntos en común con los republicanos en temas en los que se enfrentan.