Bogotá. Un manto de dudas se cierne sobre las presidenciales en Colombia alentando voces de fraude. Ante la desconfianza en el sistema electoral para los comicios de este domingo donde la izquierda es favorita, los testigos de mesa cobran protagonismo.
El senador y exguerrillero Gustavo Petro, que según encuestas se encamina a ganar la primera vuelta de las elecciones presidenciales, denunció que el software empleado para contabilizar los votos está “alterado fraudulentamente”. Varios partidos exigieron una auditoria internacional al sistema pero la autoridad electoral lo consideró inviable.
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La campaña de Petro analiza el sistema por su cuenta e irá divulgando sus datos a medida que avanza la jornada. Las fuerzas de derecha también protestaron luego del atropellado proceso electoral en las legislativas de marzo, con marcadas diferencias entre el conteo inicial y el escrutinio final.
El candidato Federico Gutiérrez, el rival más probable de Petro en el balotaje del 19 de junio, se dijo preocupado. En medio de la desconfianza un Ejército de casi 160.000 testigos electorales se inscribió para custodiar cada voto: unos 72.000 por la coalición izquierdista y 71.000 por el movimiento de derecha, entre otras agrupaciones.
A continuación, claves para entender el papel de los guardianes electorales.
Legislativas dudosas
La campaña a las presidenciales avanzó a la sombra de las controvertidas elecciones legislativas del 13 de marzo, cuando el conteo de votos restó, en principio, unos 500.000 sufragios al Pacto Histórico, la coalición que lidera Petro. Tras el ajuste, alertado por los testigos electorales del congresista, su movimiento pasó de 16 a 20 curules en el Senado.
Aunque aún pueden ser impugnados, los resultados convierten a la bancada de izquierda en la más numerosa del parlamento por primera vez en la historia. Observadores nacionales e internacionales llamaron la atención sobre esos comicios. La derecha vio con sospecha el recuento final que favoreció a su opositor.
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Entre todas las fuerzas políticas se contabilizaron un millón de votos más en el escrutinio, una diferencia de alrededor “del seis o el siete por ciento” frente al conteo, según describió la ONG Misión de Observación Electoral (MOE), cuando en procesos anteriores no había superado el 0,5%.
El jefe de la autoridad electoral, Alexander Vega, reconoció entonces “errores humanos” por parte de los jurados de mesa. La fiscalía aseguró este domingo que pedirá a Vega entregar pruebas sobre presuntos delitos cometidos en las elecciones de marzo.
¿Qué hacen?
Miles de testigos vigilarán los centros de votación atentos a cualquier intento de fraude. Luego velarán porque nadie vote después del cierre de mesas y cotejarán el número de votantes con los sufragios registrados en los formularios que los jurados envían a la autoridad electoral.
En Colombia el voto es voluntario y manual. Los resultados se transmiten a la Registraduría a través de programas digitales diseñados por contratistas privados. Normalmente la autoridad electoral divulga los resultados del conteo inicial horas después del cierre de urnas, aunque el escrutinio final se puede extender durante días.
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Polarizados
En medio de una campaña polarizada entre la izquierda y la derecha, que históricamente ha gobernado a Colombia, los testigos electorales serán los encargados de despejar cualquier sospecha de fraude. Del total de testigos, un 44,79% está inscrito para resguardar los sufragios de Petro, un exalcalde de Bogotá y tres veces candidato presidencial que promete romper con la tradición de los gobiernos liberales o conservadores.
Sus guardianes electorales son parte de “una campaña que detecta en términos muy breves cualquier tipo de fraude” en el país, explicó a periodistas Alfonso Prada, su jefe de debate. En la otra orilla, el 44,35% de los inscritos vigilará los votos de la coalición Equipo por Colombia, que respalda a Gutiérrez.
El resto (10,86%) está diseminado entre el outsider Rodolfo Hernández, el centrista Sergio Fajardo, el evangélico John Milton Rodríguez y el derechista Enrique Gómez.
Observación internacional
El fantasma del fraude recorre las presidenciales en un país donde por décadas la compra de votos hace campaña. Las elecciones también contarán con “ocho misiones de observación electoral” y “27 organizaciones internacionales” que tienen el ojo puesto en Colombia, según Vega. “Yo creo que hay más que garantías y, sobre todo, veeduría”, consideró.
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