Washington
Calificó a un prominente portal de noticias de "pobre pieza de basura" y reprendió a un veterano reportero político acusándolo de ser suministrador de "noticias falsas".
El presidente electo estadounidense, Donald Trump, en guerra contra los medios de comunicación desde que empezó su campaña, parece que está afilando sus ataques contra las organizaciones que desafían sus puntos de vista, ahora que se prepara para ocupar el Salón Oval.
El equipo de Trump ha insinuado que podría sacar de la Casa Blanca algunos grupos de prensa y tomar determinadas medidas para restringir el acceso de los medios de comunicación a la nueva administración.
Aunque muchos mandatarios estadounidenses han tenido relaciones tensas con los medios, Trump hizo de la denigración de la prensa un elemento central del mensaje de su campaña, prefigurando una tormentosa relación para los años venideros.
En su primera y única rueda de prensa desde su elección, el 11 de enero, el futuro presidente empezó atacando el sitio BuzzFeed News por publicar lo que el considera un informe no veraz que sugiere que Rusia tenía información comprometedora sobre él.
Amenazas y descalificaciones. Describiendo dicho sitio como una "pobre pieza de basura", Trump dijo que "sufriría las consecuencias".
Cuando el corresponsal de la CNN para la Casa Blanca, Jim Acosta, cuya red informó sobre las mismas alegaciones, pidió hacer una pregunta, el presidente electo le dijo: "Tú no", y, volviendo a la carga: "Ustedes son noticias falsas".
Matt Gertz, un alto miembro del grupo de vigilancia de los medios Media Matters for America, señaló que el magnate había mostrado en un solo evento cómo pensaba maltratar a los medios.
"Va a pretender deslegalizar a canales de noticias que proporcionan coberturas críticas, tratar de enfrentar a unos contra otros, recompensar a los aduladores de las fuentes pro-Trump, y animar a algunos a seguirle en su liderazgo", dijo Gertz en un post en un blog.
Trump parece, sin embargo, haber alcanzado una tregua The New York Times tras una sesión después de las elecciones con el diario, y parece que está en buenos términos con algunas cadenas, como la de derecha Breitbart News.
Pero se mantiene en ataque contra otras organizaciones de noticias, especialmente CNN, tuiteando que el gigante del cable "íEstá derrumbándose totalmente con sus FALSAS NOTICIAS porque sus tasas se están desplomando desde las elecciones y pronto su credibilidad habrá desaparecido!".
El presidente del Club Nacional de la Prensa, Thomas Burr, dijo que su utilización de la etiqueta "noticia falsa" para desprestigiar historias que no le convenían sentaba un precedente muy peligroso.
Este movimiento pretende "desacreditar a las nuevas organizaciones, cuyas coberturas le desagradan" y "pueden fomentar una falta de respeto peligrosa para los periodistas que, aunque a veces tengan fallos, hacen lo mejor que pueden para informar al público", estimó Burr.
El periodista ruso Alexéi Kovalev ve en el tratamiento de Trump a la prensa reminiscencias de lo que hace el presidente de su país, Vladimir Putin, en Moscú.
"Los hechos no importan", escribió Kovalev en un post en un blog tras la rueda de prensa de Trump. "No puedes herir a este hombre con hechos o razonamientos. Siempre será más hábil que tú".
La columnista Margaret Sullivan de The Washington Post dijo que pronostica unos tiempos "horribles" con Trump "castigando a periodistas por hacer su trabajo", y que sospecha que su administración "va a estar probablemente invadida de investigaciones y persecuciones a reporteros".
Lucy Dalglish, decana de periodismo de la Universidad de Maryland, expresó que la postura del millonario en la rueda de prensa no era sorprendente.
"Es su estilo, y creo que veremos más de lo mismo", señaló, avisando del riesgo para los medios de comunicación y el público, de que se dejen distraer por el "teatro" ante las cuestiones políticas más importantes.
"Espero que mis colegas en la prensa sepan cómo mantener el control para cubrir los temas que preocupan a la gente y no se distraigan cuando el presidente les incordie", dijo Dalglish.
Algunos, sin embargo, creen que el tratamiento hostil del gobierno hacia los medios puede tener un efecto positivo, ya que impulsará a la prensa a desempeñar su papel de inspector respecto al poder.
En los últimos años, explica Joel Kaplan, decano asociado de periodismo en la Universidad de Syracuse, los periodistas de la Casa Blanca se habían convertido en "escenógrafos más que en periodistas".
"La gente siente que hay una necesidad de verdaderos periodistas de terreno", opinó.
Josh Marshall, editor de TalkingPointsMemo, opina que los miedos a las campañas de intimidaciones y retribuciones son exagerados.
"Estados Unidos no es Rusia. Y no creo que pueda convertirnos en Rusia" escribió. "Los periodistas deberían ser incólumes y agresivos, y con cierto sentido del humor hasta que algo les prevenga de mantenerlo".
El redactor Jack Shafer, de Politico, dijo que la prensa "debe empezar a pensar en cubrir el Washington de Trump como una zona de guerra, donde un conflicto sigue a otro, donde la neblina evita la consecución de información directa de los combatientes y donde las misiones son cuestión de vida o muerte".
"Cuanto más duramente lleve Trump la prensa, y no parece que vaya a bajar la marcha, más elevará a los periodistas a ojos de muchos votantes", afirmó.
"A su modo, Trump nos ha hecho libres", sentenció Shafer.