Quito. De un lado, se vislumbra una victoria anunciada. Del otro lado, surge la sorpresa. Luisa González, la abogada y atleta que personifica el socialismo, medirá fuerzas con el empresario millonario de tendencia derechista, Daniel Noboa, en el balotaje presidencial de Ecuador.
Las bases del expresidente Rafael Correa (2007-2017) confiaron en su delfín en la primera vuelta del pasado domingo 20 de agosto. Con 45 años, González obtuvo la victoria en los comicios y está cerca de cumplir su anhelo de reinstalar el correísmo en el poder.
En las antípodas se encuentra Daniel Noboa, de 35 años, quien fue educado en prestigiosas universidades de Estados Unidos y es llamado a representar a los adversarios del exmandatario en la elección definitiva del 15 de octubre.
Por tercera vez consecutiva, el pulso será entre la izquierda y la derecha. En el 2017, con Correa dejando el poder, su exvicepresidente, Lenín Moreno, venció en el balotaje a Guillermo Lasso, aunque después se ganó el calificativo de traidor. Cuatro años después, el exbanquero se tomó revancha ante Andrés Arauz, quien actualmente es compañero de fórmula de González.
El ganador en segunda vuelta gobernará hasta el 2025 para completar el periodo que le correspondía a Lasso, quien convocó a elecciones anticipadas para evitar una posible destitución en un juicio político.
González, el correísmo personificado
“Nosotros ya lo hicimos”, repetía como un mantra González, al escuchar las propuestas de sus rivales. Su fórmula para resolver todos los problemas del país es orientarlo nuevamente hacia el socialismo que instauró su padrino durante una década.
Sin titubear, la única mujer que se postuló a la presidencia afirma que su principal asesor, en caso de victoria, será el carismático Rafael Correa, quien fue condenado en ausencia a ocho años de cárcel por corrupción y está exiliado desde el 2017 en Bélgica.
No obstante, recalca que mantendría independencia en sus decisiones.
Ciclista, maratonista y amante de los tatuajes, rechaza la idea de que los gobiernos de Moreno y Lasso “destruyeron” el legado de su mentor, que disfrutó de una bonanza petrolera para gobernar con una chequera abierta.
Antes de lanzar su candidatura, la madre de dos varones, de 29 y nueve años, fue asambleísta y consejera del exmandatario.
Su prioridad, afirma, será recuperar la seguridad en un país donde la tasa de homicidios se duplicó en el 2022, llegando a 26 muertes violentas por cada 100.000 habitantes.
“Vamos a reconstruir esa patria digna, esa patria segura, esa patria de paz, de amor, de tranquilidad”, dijo durante la celebración de su victoria en la primera vuelta.
En medio de un ambiente de terror debido a secuestros, extorsiones y asesinatos, incluido el del candidato Fernando Villavicencio, afirma que no siente temor por su vida.
Reconoce que un año y medio de gobierno no será suficiente para recuperar lo que construyó Correa, aunque sostiene que bastará para “controlar la seguridad en el país, las cárceles, y las fronteras”.
Noboa, bendecido por su padre
Noboa podría convertirse en el presidente más joven de la historia moderna de Ecuador. Conocido por ser el hijo de uno de los hombres más ricos del país, que acumuló una fortuna mediante la venta de bananos y embarcaciones, el candidato resultó ser la sorpresa de la jornada electoral.
Está a un paso de hacer realidad el sueño de su padre, Álvaro Noboa, quien intentó en vano en cinco ocasiones convertirse en mandatario.
“Estuviste conmigo, ahora yo estoy contigo para lograr la merecida victoria”, le escribió Noboa a su hijo mayor, quien en su niñez era “impetuoso”; en la adolescencia, “responsable” y se convirtió en un joven “exitoso”.
Tras recibir la bendición de su padre, el empresario le respondió: “Dios nos dio la fortaleza para trabajar por el país, lo llevamos en la sangre, nuestra única pasión es servir”.
Ahora se enfrentará al correísmo, un antiguo enemigo de la familia. En el balotaje del 2006, su padre midió fuerzas con el entonces poco conocido Correa, quien terminó cambiando el rumbo político del país.
Casi un desconocido en la política, excepto por su cargo de diputado en la desaparecida Asamblea Nacional, la candidatura de Daniel Noboa se catapultó tras el único debate presidencial, al que asistió con un chaleco antibalas debido a amenazas de muerte.
Claro en sus explicaciones y evitando confrontaciones, propone generar empleo, ofrecer incentivos tributarios y facilitar el acceso al crédito para las pequeñas y medianas empresas.
Ya manifestó su disposición a recibir el respaldo de otros eternos opositores de Correa: “Si hay personas que desean unirse a ese proyecto, estaré encantado”.
Estudió Administración de Negocios en la Universidad de Nueva York y obtuvo el título en Administración Pública en la Escuela Kennedy de Harvard.
Casado y con dos hijos, el candidato presidencial también posee una maestría en Gobernanza y Comunicación Política de la Universidad George Washington.