El izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva dijo este domingo que Brasil necesita “paz y unión” y aseguró que el país “está de vuelta” en la escena internacional, tras ser elegido para un tercer mandato como presidente.
“A nadie le interesa vivir en un país dividido, en permanente estado de guerra. Este país necesita paz y unión”, dijo Lula, de 77 años, tras derrotar por un estrecho margen al ultraderechista Jair Bolsonaro, quien buscaba la reelección.
Horas después de que se había emitido un resultado oficial, el presidente en ejercicio y candidato derrotado, no había emitido declaración alguna.
Fuentes de la Presidencia informaron que se encontraba en el palacio presidencial de la Alvorada, en la capital del país, Brasilia.
Antes de las elecciones, Bolsonaro había lanzado mensajes contradictorios sobre si reconocería los resultados en caso de derrota. El viernes aseguró que lo haría: “El que tenga más votos, gana”.
Por su parte, Lula dijo que está “medio alegre y medio preocupado porque a partir de mañana tengo que preocuparme de cómo vamos a gobernar el país. Necesito saber que el presidente que derrotamos va a permitir una transición”.
Se dirigió asimismo a la comunidad internacional: “Brasil está de vuelta” y dejará de ser un “paria”, prometió. Y aseguró que combatirá la deforestación porque el planeta necesita una “Amazonía viva”.
Líderes del mundo envían felicitaciones
Mandatarios de América latina y el resto del mundo felicitaron al izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, tras su victoria sobre Bolsonaro en la segunda ronda electoral.
“Envío mis felicitaciones a Luiz Inácio Lula da Silva por su elección para ser el próximo presidente de Brasil tras elecciones libres, justas y creíbles. Espero que trabajemos juntos para proseguir la cooperación entre nuestros dos países en los próximos meses y años”, dijo Joe Biden, en un comunicado emitido por la Casa Blanca.
Alberto Fernández, mandatario argentido, escribió en su cuenta de Twitter: “Tu victoria abre un nuevo tiempo para la historia de América Latina. Un tiempo de esperanza y de futuro que empieza hoy mismo. Acá tenés un compañero para trabajar y soñar a lo grande el buen vivir de nuestros pueblos”.
Los mandatarios de Venezuela, Nicolás Maduro, y Cuba, Miguel Díaz-Canel, celebraron también la victoria de Lula, lo mismo que Gabriel Boric, de Chile, todos ellos a través de sus cuentas de Twitter.
“Confiamos en trabajar para un Mercosur moderno y abierto al mundo. Así mismo esperemos continuar y mejorar las muy buenas relaciones bilaterales”, publicó Luis Lacalle Pou, presidente del Uruguay.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, también reaccionó ante el resultado: “Brasil ha decidido apostar por el progreso y la esperanza. Trabajemos juntos por la justicia social, la igualdad y contra el cambio climático. Tus éxitos serán los del pueblo brasileño”.
Mensajes similares lanzaron mandatarios de Perú, México, Paraguay y Francia, entre muchos otros.
Celebración brasileña
Envuelta en la bandera arcoíris, Larissa Meneses no disimula la alegría que le produjo el triunfo de Lula da Silva en el balotaje de este domingo en Brasil. “Es un día para reír”, dijo rodeada de una multitud en Sao Paulo que celebró la victoria sobre Jair Bolsonaro.
“Me sentí asfixiada durante cuatro años. ¡Hoy es el momento de carcajearse!”, afirmó a la AFP esta desarrolladora de software de 34 años en la Avenida Paulista, lugar emblemático de las manifestaciones del exmandatario izquierdista, que regresará al poder por tercera vez.
A unos dos metros de distancia, un grupo cantaba alegre “Tá na hora do Jair já ir embora” (Es hora de que Jair se vaya), una de las canciones más oídas en la plataforma Spotify durante la campaña electoral.
Lula, que gobernó entre 2003 y 2010 al gigante latinoamericano, asumirá el 1.° de enero aunque tiene casi la mitad del país en su contra: obtuvo 50,8% de los votos frente a 49,1% para Bolsonaro.
La felicidad de Meneses se empañaba por momentos al advertir que Bolsonaro, quien amenazó en la campaña con no reconocer los resultados alegando un posible fraude, aún tiene dos meses en el gobierno y los conservadores serán mayoría en el Congreso durante el mandato de Lula.
“Me da miedo porque creo que es capaz de cualquier cosa, aunque creo que la democracia va a prevalecer”, señaló. “Espero que sigamos resistiendo, que sigamos presionando”.
Sobre uno de los grises andenes de la Paulista, Fernando Nascimento lloraba como un niño mientras a su alrededor se escuchaba pirotecnia y cánticos de “¡Lula, guerrero del pueblo brasileño!”.
Apenas se oficializó la victoria, confirmada en la calle con un sonoro grito de júbilo, este sin techo negro de 59 años sacó su billetera, que tenía un adhesivo de Lula, la levantó al cielo y la besó con los ojos cerrados.
“Siempre fui de Lula, no del Partido de los Trabajadores (PT, del exmandatario)”. “Yo soy Lula y ahora voy a salir de la calle”, dijo, poco después de abrazar a un desconocido.
Como es tradicional en los mitines lulistas, el rojo prevaleció en la calurosa noche paulista, aunque más de uno asistió con la camiseta de la ‘Seleção’.
El bolsonarismo convirtió a la bandera nacional y la camiseta de la selección en símbolos. Lula pidió a sus seguidores que se apropiaran de nuevo de ambas piezas, aunque sin mucho éxito.
Sin embargo, su llamado tuvo eco en William Alves, un empresario de 37 años de pelo crespo y anteojos de marco grueso.
Sobre su espalda colgaba la bandera verde y amarilla, que en el medio tenía un plato de comida y una imagen de Lula con el puño en alto.
El expresidente, de 77 años, prometió combatir el hambre, que afecta a 33,1 millones de los 215 millones de habitantes, según la Red Brasileña de Investigación de Soberanía y Seguridad Alimentaria.
“Esperaba que el resultado fuera cerrado, pero no tanto”, afirmó Alves. “Es una victoria sufrida, pero es histórica. Espero que retomemos la institucionalidad, que la Constitución sea respetada y con eso Brasil retome el desarrollo y la inversión en áreas prioritarias, en cosas básicas que no tuvimos en este periodo”.
Con una cerveza en la mano, Diana Rafaela, una vendedora de 35 años, celebraba el triunfo sobre el “fascismo”, pero llamaba a la cautela.
“Ahora vamos a tener que reconstruir Brasil, porque no va a ser de la noche a la mañana que vamos a tener trabajo, educación, poder adquisitivo”.
La alegría de todos, sin embargo, era la tristeza de Pedro Rogério Barbosa.
Instalado en una esquina al lado de una estación del metro, este vendedor de banderas brasileñas empezó a recoger su mercancía minutos antes de que el triunfo de Lula fuera oficial.
“Vine en caso de que Bolsonaro ganara, para vender su bandera”, señaló este hombre negro de 58 años.
Pero el seguidor del excapitán del Ejército se fue con las manos vacías, porque “solo se estaban vendiendo las del PT”.
“La preferencia era Bolsonaro, Dios, familia, en fin... Voy a ver lo que hace Lula por nosotros”.