El veterano líder izquierdista estaba visitando la ciudad de Araraquara (estado de Sao Paulo, sureste), afectada por fuertes inundaciones, cuando ocurrieron los ataques.
Sin embargo, se informó que voló de regreso a Brasilia para supervisar la respuesta a lo que llamó el ataque de “fanáticos fascistas” y “vándalos”, en referencia a los bolsonaristas que rechazan su asunción en el cargo y pedían una intervención militar.
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Miles de partidarios del expresidente Jair Bolsonaro se manifestaron con violencia en la Explanada de los Ministerio en Brasilia, donde se concentran los tres poderes de la República.
Rompieron los vidrios y vulnerando las vallas de seguridad, en una marea humana de manifestantes vestidos con los colores amarillo y verde de la bandera nacional. Las turbas tomaron el Plenario y subieron la rampa del edificio para ocupar la azotea.
Los bolsonaristas protestan contra el regreso al poder de Luiz Inácio Lula da Silva, quien derrotó a Bolsonaro en la segunda vuelta el 30 de octubre y fue investido hace una semana como nuevo presidente de Brasil por tercera vez. Antes había gobernado entre 2003 y 2010.
Por su parte, el expresidente ultraderechista de Brasil, Jair Bolsonaro, condenó este domingo en su cuenta en Twitter los “saqueos e invasiones de edificios públicos” después de que cientos de sus seguidores más radicales irrumpieran en las sedes del Congreso, el Palacio presidencial y el Tribunal Supremo, en Brasilia, generando diversos destrozos.