El gobierno del presidente colombiano Gustavo Petro sufre un duro golpe producto de un terremoto de acusaciones, situación que incluso llevó al despido de su mano derecha, Laura Sarabia, quien fue considerada la mujer más poderosa en los cargos de confianza de Petro.
Sin embargo, una serie de acusaciones desencadenó el colapso político, y es aquí donde el nombre de Marelbys Meza entra en escena y arrasa con todo.
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El caso se inició en enero, cuando se hizo público que a Sarabia fue víctima de un robo de $7.000 en viáticos oficiales correspondientes a viajes realizados entre agosto de 2022 y enero de este año.
En ese momento, Meza era la persona encargada de cuidar al niño de la exjefa del despacho de Gustavo Petro. Después de eso, surgieron las denuncias de Marelbys contra Laura por ponerla a prueba a un interrogatorio con polígrafo.
Marelbys Meza contó a la revista Semana que fue intimidada por funcionarios que la interrogaron durante cuatro horas en el sótano de un edificio anexo a la residencia del presidente Gustavo Petro.
La empleada doméstica afirmó que cuando estaba “en el sótano”, se sintió “secuestrada, aturdida y ahogada”, y por eso decidió denunciar lo sucedido.
Pero antes de la denuncia pública, la polémica estaba en punto de ebullición y se revelaron datos que involucran a un tercer personaje en la historia, Armando Benedetti.
En el 2022, Benedetti también tuvo problemas debido al robo de una cartera con cinco millones de pesos colombianos. En ese momento, Meza también trabajaba para el exembajador, quien en aquel entonces la sometió a una prueba de polígrafo.
Después de eso, Meza dejó de trabajar para él y su familia, pero sus servicios fueron recomendados a Laura Sarabia el año anterior.
Tras lo vivido con la reciente prueba del polígrafo, la niñera viajó en un avión privado hasta Venezuela para encontrarse con Benedetti, y ambos regresaron juntos a Colombia.
“El 17 de abril a la 1:00 p. m., Laura Sarabia me llamó para decirme que estaba preocupada porque Marelbys estaba en contacto con varios periodistas y me pidió ayuda”, dijo Benedetti según Semana.
En medio de las acusaciones, Sarabia acusó a Benedetti de chantaje con la niñera, mientras que Benedetti afirmó que no dijo nada.
Sin embargo, fue después de ese viaje cuando todo explotó, ya que la niñera conversó extensamente con la revista Semana, donde reveló lo que vivió durante la prueba a la que la mano derecha del presidente de Colombia la sometió.
“Usted puede burlarse de ese aparato, pero de nosotros no. Esta noche no va a su casa, desde aquí va presa, y le haremos un allanamiento a todos sus hermanos y a usted”, relató Meza lo que le dijeron en ese momento.
Lo que parecía ser solo un problema con la trabajadora doméstica se convirtió en un escándalo nacional cuando un tuit de Benedetti avivó los problemas y las acusaciones contra Laura Sarabia.
Celular intervenido
“Laura Sarabia es la que me habla primero de Marelbys y de ahí yo llamo a Vicky (periodista). Es decir, es ella la que me informa que Marelbys habló con Vicky y que va a salir en Semana. ¿Por qué sabía? ¿Ella chuza?”, escribió. Chuza o chuzada es el término para definir una escucha ilegal de una conversación.
“Espiar” es el término que utilizó Benedetti para referirse a que Sarabia había interceptado el teléfono de la niñera. Posteriormente, se descubrió que su teléfono estaba intervenido.
Las conversaciones fueron interceptadas durante un período de 10 días, según reveló la revista Cambio. La publicación indica que Meza “fue ilegalmente interceptada por la Dijín al plantar su teléfono en una investigación sobre el ‘clan del Golfo’”.
La revista señala que fuentes judiciales de alto nivel indicaron que durante 10 días se escucharon las llamadas de la mujer, hasta que un analista de inteligencia determinó que la información obtenida no era relevante para la investigación en curso.
Según la publicación, un agente de la Dijín en Chocó incluyó el número de Meza en la lista de investigaciones sobre las operaciones del grupo armado, lo que llevó a un fiscal a solicitar autorización para interceptar las comunicaciones a un juez de garantías, quien finalmente dio su consentimiento.
Esta historia provocó el despido de Sarabia y Benedetti del gobierno de Gustavo Petro, quien se cansó de las acusaciones mutuas de conspiración y lo que él presidente definió como chantaje.
Lo último que se mencionó de Meza fue por parte del mandatario, quien en una conferencia de prensa afirmó: “Es nuestra amiga... no tiene nada que temer en nuestro gobierno”.
Las aguas parecían calmarse, pero surgió la última gran polémica tras la filtración de audios que involucran la campaña de Petro y su gestión actual.
La revista Semana publicó grabaciones de Benedetti en las que se le escucha enfadado y amenaza a la antigua jefa de gabinete, Laura Sarabia, con revelar un supuesto financiamiento ilegal a la campaña de Petro por un monto de $3,5 millones, asegurando que si lo hace, todos irían a la cárcel.
Por ahora, el presidente Gustavo Petro lucha por negar las acusaciones y mientras su gobierno va en una caída libre que salpica a más personas en un gabinete que suma cerca 10 salidas en nueve meses de mandato.
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