Londres. Una maleta llena de alcohol y bailes hasta el amanecer mientras la reina Isabel II se preparaba para enterrar a su marido. Downing Street se disculpó este viernes con la reina tras estas revelaciones que rematan una semana desastrosa para Boris Johnson.
Esta nueva filtración a la prensa cayó como una bomba para el primer ministro británico, quien enfrenta su mayor crisis desde que llegó triunfalmente al poder en el 2019, y también para la monarca, quien el jueves tuvo que lidiar con el escándalo provocado por su “hijo predilecto”, el príncipe Andrés, al que privó de sus honores reales ante la amenaza de un juicio civil en Estados Unidos por agresión sexual a una menor.
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En una imagen, que quedará grabada como símbolo del rigor de los confinamientos en el Reino Unido, el 17 de abril del 2021 se vio a la reina, de riguroso luto, sentada totalmente sola en la capilla del castillo de Windsor durante el funeral del príncipe Felipe, con quien estuvo casada siete décadas.
Según el diario conservador Daily Telegraph, esa misma madrugada el personal de Downing Street celebró por todo lo alto la partida de dos colaboradores: el director de comunicación James Slack, ahora subdirector de The Sun, y un fotógrafo personal de Johnson.
“Es profundamente lamentable que esto haya tenido lugar en un momento de luto nacional y Downing Street se ha disculpado con el palacio”, anunció a los periodistas el viernes un portavoz del primer ministro.
Ira y dolor
Estas dos fiestas, una de las cuales se celebró en un sótano de la sede gubernamental, se acabaron uniendo en los jardines de la residencia oficial, según el Telegraph, diario cercano al poder. “Una persona fue enviada a un supermercado a comprar botellas de vino que llevó a Downing Street en una maleta”, aseguró el medio.
En ese momento, las reuniones en el interior estaban prohibidas, y solo se permitía a un máximo de seis personas reunirse en exteriores. En un comunicado el viernes, Slack se disculpó “sin reservas por la ira y el dolor causados”, diciendo que asumió “toda la responsabilidad”. Por su parte, Johnson, de 57 años, no estaba presente y se encontraba, según un portavoz, en Chequers, la residencia de campo de los jefes de gobierno británicos.
Pero estas nuevas revelaciones se suman a la ya larga lista de fiestas organizadas en los círculos de poder durante los períodos de confinamiento de los dos últimos años. Y muestran, según testigos citados por los medios, una verdadera cultura del consumo de bebidas alcohólicas en Downing Street.
Vacío moral
Muy debilitado en las encuestas, Johnson lucha por conservar las riendas de su partido y del Gobierno, después de reconocer el miércoles en el Parlamento que asistió a una de estas fiestas durante el confinamiento en mayo del 2020.
En su defensa afirmó que pensó que se trataba de un “evento laboral”, lo que provocó una mofa generalizada. Varios diputados conservadores, algunos de los cuales eran hasta hace poco fervientes partidarios del primer ministro, se unieron a la oposición para pedir su dimisión.
Andrew Bridgen fue el último en presentar una carta ante el comité que gestiona el grupo parlamentario del Partido Conservador, denunciando un “vacío moral en el corazón del Gobierno” y pidiendo una moción de censura interna contra su líder. Si se reciben suficientes de estas cartas, el comité tendrá que organizar un nueva primaria para reemplazar a Johnson.
Aunque la mayoría de su equipo lo apoya, una de las piezas clave, el ministro de Finanzas Rishi Sunak, considerado posible candidato a primer ministro, se mostró mucho más reservado. Mientras tanto, Johnson y sus ministros repiten una y otra vez que hay que esperar a la publicación de conclusiones, en el mejor de los casos la próxima semana, de una investigación interna sobre las presuntas fiestas ilegales encargada a la alta funcionaria Sue Gray.
Pero el diario ‘The Times’ adelantó el viernes que esta no encontró pruebas suficientes de delitos penales. Las fiestas también indignaron a los familiares de las víctimas de la covid-19. “Que la gente que dirige este país las haga y luego mienta al respecto muestra un desprecio total por los ciudadanos”, fustigó Fran Hall, de la asociación Bereaved Families for Justice.