México. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, afirmó este miércoles que la solución a la crisis electoral en Venezuela es un “asunto” interno y que la posición de México consiste en mantener su independencia.
“Este es un asunto que corresponde a los venezolanos, y lo que deseamos es que haya una solución pacífica a las controversias, lo que ha sido nuestra política exterior siempre”, declaró el mandatario en su habitual rueda de prensa.
Los gobiernos de México, Brasil y Colombia, de orientación izquierdista, realizan gestiones para encontrar una solución a la crisis desatada tras las elecciones presidenciales del 28 de julio, en las que el Consejo Nacional Electoral (CNE), alineado con el oficialismo, proclamó como ganador a Nicolás Maduro sin mostrar las actas de votación.
La oposición denunció ese proceso como un fraude y divulgó registros que, asegura, dan como amplio triunfador a su candidato Edmundo González.
López Obrador subrayó que la postura de México es “actuar con prudencia y no dejarnos acarrear”, refiriéndose a los países y organismos internacionales que cuestionan la legitimidad del proceso y no reconocen la reelección de Maduro.
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“En el caso de Venezuela (...) hay un reagrupamiento del movimiento de derecha”, afirmó el presidente mexicano, reiterando que su gobierno esperará a que las autoridades electorales venezolanas difundan las actas.
“Creo que el viernes resolverán los del tribunal electoral y ya veremos qué deciden. Luego analizaremos las pruebas, actas, todo, pero no bajo presión”, insistió.
El mandatario adelantó el martes que, de momento, no tiene previsto un nuevo contacto con sus homólogos de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Colombia, Gustavo Petro. Enfatizó que esperará el dictamen de la sala electoral del Tribunal Supremo de Justicia, también de orientación chavista, al que Maduro solicitó “certificar” el resultado.
Sin embargo, López Obrador destacó este miércoles que el llamado que hizo junto a Petro y Lula “ayuda” a que no se desborde la violencia en Venezuela, donde las protestas contra la proclamación de Maduro dejaron 25 muertos, 192 heridos y más de 2.400 detenidos, según balances oficiales.