Ciudad de México. México y Estados Unidos abrieron este viernes una nueva etapa de su cooperación en seguridad, enfocada en atacar las causas del narcotráfico y la migración ilegal, tras el fracaso de una ofensiva militar antidrogas desplegada hace 13 años.
El nuevo marco, que sustituye la Iniciativa Mérida, fue puesto en marcha durante una visita del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, este viernes a Ciudad de México.
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“Después de 13 años de la Iniciativa Mérida, es hora de un nuevo enfoque integral para nuestra cooperación en seguridad”, dijo Blinken durante el primer Diálogo de Seguridad de Alto Nivel.
El presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador, quien recibió al secretario en el palacio de gobierno, había dado por muerta la anterior estrategia, señalando que su país no quería más armas ni helicópteros para someter a los cárteles.
“¡Adiós al Plan Mérida! ¡Bienvenido Entendimiento Bicentenario!”, indicó por su parte el canciller mexicano, Marcelo Ebrard.
En una conferencia de prensa, Blinken admitió que en el pasado la cooperación se apoyó “demasiado en las fuerzas de seguridad”. Por eso, uno de los tres pilares del plan será generar “oportunidades económicas en “comunidades y regiones desatendidas”, explicó.
Los otros objetivos son el control del crimen transfronterizo, con especial énfasis en el tráfico de armas hacia México, y el combate al lavado de dinero y la financiación de las organizaciones delictivas.
También “tenemos que erradicar la impunidad y hacer responsables a los violadores de derechos humanos”, sostuvo.
Atacar la raíz
López Obrador, en el poder desde el 2018, reclama inversión en comunidades pobres expuestas a la criminalidad en México y Centroamérica, también como una forma de contener la creciente migración ilegal hacia Estados Unidos a través de su país.
Un total de 652 migrantes centroamericanos, incluidos decenas menores que viajaban solos, fueron detenidos la noche del jueves en Tamaulipas, estado fronterizo con Estados Unidos.
“La única solución es atacar las causas fundamentales” de la migración ilegal, afirmó Blinken, quien abogó por un flujo “seguro, ordenado y humano” con perspectiva regional.
El presidente estadounidense, Joe Biden, enfrenta una crisis migratoria que se agudizó el mes pasado con la llegada de miles de haitianos a la frontera entre México y Estados Unidos. Su vecino ha venido actuando como una suerte de muro para detener la oleada.
Más de 7.500 haitianos fueron expulsados en menos de tres semanas por las autoridades estadounidenses, informó este viernes la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
México, en tanto, ha deportado a unos 54.000 migrantes este año, según la ONG Humans Rights Watch (HRW).
“La travesía es riesgosa y no tendrá éxito en ingresar, estamos trabajando para que las personas entiendan eso y asegurándonos para que sean tratados con dignidad”, advirtió Blinken.
El secretario reiteró el ofrecimiento de Washington de invertir $4.000 millones en Guatemala, Honduras y El Salvador, y en el sur de México.
Más que capturas
Dentro de la Iniciativa Mérida, Washington desembolsó $3.300 millones en asistencia militar y asesorías.
Sin embargo, López Obrador asegura que el plan solo disparó la violencia. Desde el 2006, México, de 126 millones de habitantes, acumula más de 300.000 asesinatos, en su mayoría atribuidos al crimen organizado, y unos 90.000 desaparecidos.
Para explicar las diferencias con la Iniciativa Mérida, el canciller mexicano dijo a los periodistas que ahora “el éxito no se va a medir por la captura de un capo, sino por que haya menos homicidios en México y menos consumo de drogas”.
A inicios de agosto, el gobierno mexicano demandó a nueve grandes fabricantes y dos distribuidores de armas por un comercio “negligente e ilícito” que alienta el narcotráfico y la violencia en su territorio.
México asegura que entre 70% y 90% de las armas ilegales que incauta entraron desde Estados Unidos.
La caída de grandes barones como Joaquín El Chapo Guzmán provocó una fragmentación de los mayores cárteles en múltiples bandas que dependen ahora de una “cartera criminal más diversa”, señala el centro de investigación Insight Crime.
El crimen organizado ya no solo saca provecho de los más 3.000 km de frontera para proveer drogas al mayor consumidor mundial, sino que está implicado en una amplia gama de delitos, incluida la trata de personas.
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Cerrando grietas
Los esfuerzos conjuntos se habían visto afectados por la pandemia de covid-19 y episodios como la captura en Estados Unidos, en octubre del 2020, del general Salvador Cienfuegos, exministro de Defensa mexicano, por supuestos nexos con el narcotráfico.
Tras un inusual acuerdo, Washington regresó a Cienfuegos a México y entregó supuestas evidencias en su contra para un eventual juicio, pero la Fiscalía mexicana las desechó en medio de denuncias de López Obrador de que la DEA fabricó las pruebas.
El gobierno impulsó luego una reforma que limitó las actuaciones de agentes extranjeros en México. El tono de de la visita de Blinken, sin embargo, fue de camaradería.