Caracas. La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, se reunía este viernes con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, al cierre de una visita a este país sumido en una grave crisis política y económica.
El encuentro se desarrollaba en el palacio de Miraflores, horas después de que Bachelet se entrevistara con el jefe del Parlamento de mayoría opositora Juan Guaidó, reconocido como mandatario interino por medio centenar de países liderados por Estados Unidos.
La comisionada pondrán fin a su estancia de tres días con una declaración a la prensa en el aeropuerto de Maiquetía, cerca de Caracas.
Con consignas como "Maduro es Pinochet", unas 300 personas se concentraron más temprano en la capital para llamar la atención de la expresidenta chilena sobre los "presos políticos", el colapso de la salud y una alegada falta de libertades.
“Le pido a Bachelet que se ponga la mano en el corazón y haga historia abogando por nuestros derechos”, dijo Neida Brito, cuyo hijo se exilió en Chile para evitar ser detenido durante protestas que dejaron unos 125 muertos en el 2017.
Coches de bebé en alto y vacíos sobresalieron como símbolo de la muerte de menores por la supuesta falta de tratamientos médicos, durante esta protesta frente a la sede del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
Según la ONU, ante la debacle económica, un cuarto de la población venezolana –equivalente a siete millones de personas– requiere atención humanitaria urgente, mientras cuatro millones emigraron desde el 2015.
Bachelet se reunió temprano en el palacio legislativo con Guaidó, que acusa a Maduro de encabezar una "dictadura" culpable de sistemáticas violaciones de derechos humanos y de haber provocado la devastación económica.
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"Nos manifestó que está insistiendo con la liberación de los presos políticos", aseguró a periodistas el opositor, quien se autoproclamó hace cinco meses luego de que la cámara declarara ilegítimo el segundo mandato de Maduro.
La ONG Foro Penal denuncia que en el país petrolero hay unas 687 personas detenidas por razones políticas, aunque Maduro niega que ese sea el motivo.
La Alta Comisionada mantuvo un encuentro el jueves con familiares de esas personas, muchas acusadas de conspirar para derrocar al gobierno socialista.
Bachelet también se vio con parientes de fallecidos durante protestas antigubernamentales, que organizaciones cifran en unos dos centenares desde el 2014.
Guaidó dijo que además dialogó con Bachelet sobre la "persecución" al Legislativo, varios de cuyos miembros son procesados por un presunto atentado y un fallido alzamiento militar contra Maduro, y que la comisionada prevé dejar a dos delegados suyos en Venezuela durante tres meses.
La visita de Bachelet es un “reconocimiento (...) de la emergencia humanitaria compleja que está al borde de convertirse en una catástrofe”, destacó el opositor.
La comisaria se entrevistó igualmente este viernes con Diosdado Cabello, número dos del chavismo y presidente de la Asamblea Constituyente, órgano que en la práctica asumió las competencias del Parlamento y que la oposición considera ilegítimo.
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Cabello ha criticado en el pasado a Bachelet. “Ojala que pregunte cómo quemaron vivo a una persona solo por parecer chavista”, afirmó esta semana sobre un caso ocurrido durante las protestas del 2017.
La exmandataria dialogó el jueves con altos funcionarios del gobierno y de los demás poderes públicos -controlados por el chavismo-, incluido el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, clave en el apoyo militar a Maduro.
Durante esas audiencias, el gobierno enfatizó las sanciones de Estados Unidos como un agravante de la crisis, con escasez de bienes básicos y una hiperinflación que el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta en 10.000.000% para este año.
La Alta Comisionada ha criticado las medidas de Washington por considerar que profundizarán las penurias.
Bachelet “no tiene forma de resolver la crisis, pero sus recomendaciones serán trascendentales en la medida que se concrete un cambio de gobierno o sean atendidas por quien tenga el control del Estado”, señaló el internacionalista Mariano de Alba.