Washington. El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, se declaró este lunes “profundamente preocupado” por la decisión de Israel de legalizar nueve asentamientos en Cisjordania ocupada y sobre un plan para levantar nuevas viviendas en las colonias existentes.
“Estamos profundamente preocupados por la decisión adoptada ayer por Israel de avanzar en la construcción de hasta 10.000 viviendas y de iniciar el proceso de legalización de nueve asentamientos en Cisjordania que antes se consideraban ilegales según la legislación israelí”, afirmó en un comunicado.
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“Al igual que las administraciones anteriores, demócratas y republicanas, nos oponemos firmemente a este tipo de medidas unilaterales, que exacerban las tensiones y socavan los esfuerzos para negociar una solución de dos Estados”, añadió Blinken.
Las medidas anunciadas el domingo por el gabinete de seguridad israelí se producen tras una reciente visita de Blinken a la región durante la cual advirtió que la expansión de los asentamientos tensionaría aún más las relaciones con los palestinos.
“Cualquier cosa que nos aleje de la visión de dos Estados para dos pueblos es perjudicial para la seguridad a largo plazo de Israel”, afirmó el jefe de la diplomacia estadounidense.
El gabinete de seguridad israelí tomó la decisión de legalizar los asentamientos como represalia a una serie de atentados palestinos en Jerusalén Este.
Los nueve asentamientos eran ilegales según la legislación israelí porque se establecieron sin la aprobación del gobierno, aunque la Organización de las Naciones Unidas (ONU) considera ilegal todo asentamiento judío en Cisjordania según el derecho internacional.
Desde la guerra árabe-israelí de junio de 1967, Israel ocupa zonas de Cisjordania. Actualmente 475.000 viven en estos asentamientos en Cisjordania (excluida Jerusalén Este), donde residen 2,8 millones de palestinos.
Israel también vive entre protestas por controvertida reforma judicial
Miles de israelíes protestaron el lunes en Jerusalén contra un proyecto de ley de reforma del sistema judicial que podría aumentar el control del poder político sobre la justicia.
Frente al Parlamento israelí, miles de personas se concentraron enarbolando banderas israelíes y pancartas en las que se leía mensajes como "Salvemos la democracia israelí" o "País en quiebra moral".
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Los organizadores del movimiento de protesta consideran que esta reforma pone en peligro el carácter democrático del Estado de Israel y también convocaron una huelga nacional para el lunes.
En un inusual discurso a la nación a última hora del domingo, centrado en el plan de reforma, el presidente Isaac Herzog advirtió que Israel estaba “al borde del colapso legal y social”.
Herzog, que desempeña un papel en gran medida ceremonial, instó al gobierno de Netanyahu a detener el proceso legislativo y mantener conversaciones con la oposición para llegar a un compromiso.
"Me dirijo a usted para pedirle que no presente el proyecto de ley en primera lectura", dijo Herzog.
Sin embargo, la comisión encargada de examinar la propuesta del ministro de Justicia, Yariv Levin, aprobó el lunes algunas partes de la legislación.
La propuesta pretende aumentar el poder de los cargos electos sobre el poder judicial y limitaría significativamente la capacidad del Tribunal Supremo para anular leyes y decisiones gubernamentales.