Santiago. Entre incidentes aislados con encapuchados violentos, miles de personas se congregaron el lunes en varias ciudades de Chile para conmemorar el segundo aniversario de las multitudinarias protestas por mayor justicia social que impulsaron la redacción de una nueva Constitución.
En Santiago, miles de personas caminaron hacia la céntrica Plaza Italia, bautizada por los manifestantes como plaza Dignidad, epicentro del estallido social de octubre del 2019 que dejó más de 30 muertos.
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“No han cambiado muchas cosas, pero la gente está más despierta, está más dispuesta a sacar la voz”, afirmó Valentina Sagredo, estudiante de psicopedagogía de 22 años.
Pablo, un barbero de 22 años, aseguró que “hay cosas pendientes, debemos avanzar en una nueva Constitución, por eso la gente protesta”.
En expectativa de las manifestaciones, la Alameda, principal avenida de la capital, fue cerrada, tiendas y edificios de oficinas bloquearon sus puertas con vallas de metal y dos de las seis líneas del metro suspendieron sus servicios.
Tal como ocurrió desde el estallido social del 18 de octubre del 2019, los manifestantes, en su mayoría jóvenes, lanzaron gritos en contra del gobierno del derechista Sebastián Piñera a su paso por el frente del presidencial Palacio de La Moneda, a 2 km de Plaza Italia.
En este trayecto grupos de encapuchados quemaron barricadas, lo que provocó la respuesta de fuerzas especiales de la Policía, que intentaba dispersarlos con gases lacrimógenos y camiones lanza agua, constataron periodistas de la AFP. Una óptica y un restaurante de comida rápida fueron saqueados en el centro de Santiago, según medios locales.
Este segundo aniversario del “estallido social” coincide con el inicio de la redacción de la nueva Constitución, un proceso que en noviembre del 2019 logró canalizar por la vía institucional la rabia desatada en las calles contra un modelo considerado injusto y el anhelo de una mayoría de los 19 millones de chilenos por un “nuevo pacto social”.
Durante las protestas, que perduraron cuatro meses hasta la irrupción de la pandemia en marzo del 2020, murieron 34 personas y más de 460 personas sufrieron lesiones oculares por la acción de la policía.
La dura represión de las protestas originó acusaciones internacionales de violaciones de derechos humanos en contra del gobierno de Piñera.
El aumento de pasaje del metro de Santiago había sido el detonante de las primeras manifestaciones estudiantiles el 18 de octubre del 2019, pero el reclamo se amplió rápidamente contra todo el modelo económico chileno, criticado de favorecer a una élite, y un Estado ausente en temas sociales como educación, salud y pensiones, heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
De una pancarta colgada este lunes sobre una pasarela próxima al edificio Costanera Center, el mayor rascacielos de Suramérica, se leía: “El único camino es el ejemplo de octubre”.
A la calle
Las manifestaciones de este lunes conmemoraron lo que una parte de la población considera el gran despertar ciudadano tras 30 años de una democracia que trajo progreso macroeconómico sin garantías sociales.
Aunque las autoridades retiraron semáforos y contenedores de basura próximos a la plaza Italia para evitar que fueran destruidos, un grupo de encapuchados con palos ocasionó destrozos en los alrededores.
Al menos 5.000 agentes de policía fueron movilizados en todo Chile para enfrentar las protestas convocadas también en la ciudad portuaria de Valparaíso (centro), donde columnas de manifestantes marcharon hacia el edificio del Congreso Nacional. En Antofagasta (norte) y en las ciudades sureñas de Concepción, Chillán y Punta Arenas se registraban protestas con consignas contra el gobierno de Piñera.
Nueva Constitución
La actual Constitución será sustituida, si los chilenos lo ratifican en un plebiscito el próximo año, por una Carta Magna que actualmente está debatiendo la Convención Constitucional, de 155 miembros, la primera del mundo en ser paritaria y con 17 escaños reservados para pueblos originarios.
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Este lunes la Convención comenzó a tratar los temas de fondo que serán incorporados en el articulado de la nueva Carta Magna, después de más de 100 días dedicados a fijar sus reglamentos internos.
“Hoy, esta convención, que es hija de los anhelos y la movilización de los pueblos, comienza un diálogo esperado por décadas, siglos quizás”, dijo la académica mapuche Elisa Loncon, presidenta de la Convención Constituyente.
El aniversario del estallido social llega en medio de la campaña para los comicios del 21 de noviembre en los que se elige al sucesor de Piñera y se renueva el Congreso. El nuevo presidente debe asumir el 11 de marzo próximo.