Chemnitz, Alemania. El ministro alemán de Relaciones Exteriores dijo el domingo que sus compatriotas son demasiado pasivos en lo relativo a combatir el racismo y luchar por la democracia.
“Tenemos que salir del sillón (del confort) y abrir la boca”, manifestó Heiko Maas en una entrevista con el semanario Bild am Sonntag. “A nuestra generación se le dio libertad, un Estado de derecho y la democracia como regalo. Nosotros no tuvimos que luchar por ella; (ahora) lo estamos dando demasiado por sentado", declaró.
Las declaraciones de Maas se produjeron un día después de que dos protestas recorrieron el sábado la ciudad de Chemnitz, en el este de Alemania.
Unos 4.500 manifestantes de ultraderecha protestaron contra la inmigración a una semana del asesinato de un ciudadano alemán, mientras alrededor de 4.000 personas participaban en una contraprotesta que recorrió la ciudad. Las autoridades movilizaron 1.800 policías para mantener a los grupos separados.
Dieciocho personas, entre ellas tres policías, resultaron heridas durante las marchas, que a veces fueron muy tensas, especialmente después de que la Policía terminó anticipadamente una protesta de los grupos de extrema derecha.
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Después de que las movilizaciones terminaron, pequeños grupos se enfrentaron entre sí, informó la Policía.
Soeren Bartol, un legislador socialdemócrata, tuiteó que, después del final de las protestas, él y su grupo “ fueron atacados por nazis ” que destruyeron las banderas de su partido y atacaron físicamente a algunos de ellos.
Ich bin entsetzt. Meine Gruppe aus Marburg wurde gerade auf dem Weg zum Bus von Nazis überfallen. Alle SPD Fahnen zerstört und einige wurden sogar körperlich angegriffen. #chemnitz #spd #marburg
— Sören Bartol (@soerenbartol) September 1, 2018
Activistas de extrema derecha y grupos izquierdistas se enfrentaron en Chemnitz el lunes, un día después de la muerte del alemán de 35 años. Escenas de vigilantes que persiguen a extranjeros en las calles de la ciudad han conmocionado a personas en otras partes de Alemania desde entonces.
La tensión que se ha acumulado durante la última semana en Chemnitz refleja la creciente polarización sobre el esfuerzo continuo de Alemania para llegar a un acuerdo con la afluencia de más de un 1 millón de refugiados y migrantes que buscan trabajo desde el 2015.
La extrema derecha ha criticado constantemente la decisión de la canciller Ángela Merkel de permitir el ingreso de cientos de miles de solicitantes de asilo de países devastados por la guerra como Siria, Irak y Afganistán.
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El lunes, se espera que miles de personas viajen a Chemnitz nuevamente, esta vez para acudir a un concierto al aire libre cuya temática es contra el nacionalismo de extrema derecha y el prejuicio antinmigrante.