Lille. Ministros europeos de Interior se reúnen este jueves en Lille para discutir la reforma de la política migratoria de la Unión Europea, presionados por Francia para una “solidaridad obligatoria” en la distribución de los solicitantes de asilo.
Las negociaciones sobre el pacto europeo sobre migración y asilo, propuesto por la Comisión Europea en setiembre del 2020, tropiezan por las persistentes divisiones entre los 27 países del bloque. Francia, que ocupa la presidencia semestral del Consejo Europeo, busca centrarse en un mejor control de las fronteras exteriores de la UE.
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En su intervención, el ministro francés de Interior, Gérald Darmanin, defendió que los países del bloque adopten “compromisos de responsabilidad” en el control de fronteras, para garantizar “el registro de cualquier extranjero que llegue a nuestro suelo” y mejorar los controles de seguridad.
En tanto, la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, admitió que “debemos hacer mucho más para proteger las fronteras”. “El año pasado, Frontex (la guardia de fronteras de la UE) estimó que 39 millones de personas ingresaron al espacio Schengen sin haber sido verificadas en el sistema de información correspondiente”, lamentó la funcionaria.
Johansson asegurí que Francia presentaba un “enfoque realista” que permitía vislumbrar un “avance real” en el pacto migratorio. Darmanin defendió un abordaje por etapas para tratar de desbloquear las discusiones sobre el pacto.
Apoyo financiero
Darmanin formuló un llamado para que los países del bloque asuman compromisos para ayudar a los países de la UE situados geográficamente en primera línea para la llegada de inmigrantes, como Italia o Malta, y que deben asegurar la tramitación de sus solicitudes de asilo.
Así, mencionó la “solidaridad obligatoria” que implica el traslado y la reubicación de solicitantes de asilo desde los países de primera llegada a la UE a otros países del bloque. De lo contrario, esta solidaridad debería expresarse a través de un “apoyo financiero significativo”.
Varios países de la UE —como Hungría, Polonia, Eslovaquia y República Checa— se niegan a acoger refugiados. El intento de establecer cuotas obligatorias en la recepción de refugiados, decididas durante la crisis migratoria del 2015, fracasó y la cuestión de la distribución de los solicitantes de asilo sigue siendo motivo de intensas divisiones en el bloque.
La ministra alemana de Interior, Nancy Faeser, se manifestó en favor de forjar con Francia y otros países una “coalición de buena voluntad” para estas reubicaciones.
Alianza ‘de la razón’
Al ser consultada sobre esos posibles aliados, Faeser comentó que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, había mencionado a 12 países europeos listos para recibir refugiados, aunque admitió que esa cifra es probablemente “muy optimista”.
“Alemania continúa defendiendo una Europa abierta y humana”, dijo Faeser. Desde la crisis del 2015, Alemania a acogido a más de un millón de refugiados. En contrapartida, el ministro austríaco de interior, Gerhard Karner, se mostró contrario a esa idea y defendió en cambio una “alianza de la razón”.
Karner recordó que ante la necesidad de defender mejor las fronteras exteriores del bloque, un grupo de 16 países que incluyó a Austria pidió que la UE financie la construcción de vallas y muros, idea que fue rechazada por la Comisión Europea.
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