Atenas. El conservador Kyriakos Mitsotakis asumió este lunes como primer ministro de Grecia, con la promesa de reavivar la economía del país más endeudado de la UE después de una larga década de crisis.
En un breve acto en el palacio del Presidente de la República, Mitsotakis, heredero de toda una dinastía política, juró el cargo tras su apabullante victoria electoral del domingo.
"El pueblo griego nos ha dado un mensaje fuerte para cambiar Grecia", declaró el líder del partido conservador Nueva Democracia, de 51 años, tras asumir el cargo.
"Ahora empieza el trabajo difícil, pero estoy absolutamente seguro de que estaremos a la altura de los acontecimientos", prometió.
Apenas tomó el gobierno, Mitsotakis recibió la advertencia de la Unión Europea (UE) de que deberá cumplir con los compromisos contraídos por el país. “Mi consejo sería respetar los compromisos”, dijo el presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, al final de una reunión de ministros de Finanzas de la zona euro el lunes por la noche en Bruselas.
En el nuevo ejecutivo, que asumirá el martes, destacan como titular de Finanzas Christos Staikouras -viceministro del ramo entre el 2012 y el 2015- y como canciller Nikos Dendias, quien fue ministro de Orden Público cuando en el 2013 arrancó una macrocausa judicial contra el partido neonazi Amanecer Dorado, por el asesinato de un rapero de 34 años.
Mitsotakis gobernará con mayoría absoluta, con 158 de los 300 diputados del Parlamento unicameral.
Los conservadores ponen fin así a los cuatros años y medio de poder de Syriza, el partido de izquierda radical encabezado por el premier saliente Alexis Tsipras, quien prometió mantenerse a partir de ahora “activo en la oposición”, con sus 86 diputados.
Tsipras llegó al poder en el 2015 con la esperanza de poner fin a las políticas de austeridad, impuestas por sus socios europeos y el Fondo Monetario Internacional (FMI) como remedio a una crisis de deuda pública que acabó contagiando toda la economía y destruyendo el 25% del producto interno bruto (PIB).
Sin embargo, pronto se topó con la realidad, y en un giro de 180 grados, negoció el verano de aquel año con sus acreedores un nuevo rescate económico que se tradujo en más sacrificios: recortes salariales, subidas de impuestos... Un cambio que muchos de sus seguidores no le han perdonado.
Cuatro años después, Tsipras presume de haber sacado al país de un ciclo de rescates (tres en total) que se tradujeron en más de 450 dolorosas reformas en todos los ámbitos del Estado.
Sin embargo, la economía del país sigue bajo vigilancia de sus socios y acreedores, y los números no son demasiado halagüeños: el desempleo es el más alto de la Eurozona (19,2% en el primer trimestre), y la deuda asciende a un 180% del PIB, si bien este año se espera descienda a 167,8%.
Las huellas de la crisis económica siguen siendo visibles en el deterioro de numerosos barrios residenciales de Atenas, y en una “fuga” al extranjero de miles de jóvenes universitarios.
Encarar la crisis
Frente a esta salida en falso de la crisis, Mitsotakis dijo la semana pasada que su objetivo supremo es “asegurarnos de que reactivamos la economía”, con “un crecimiento ambicioso espoleado por las inversiones privadas, las exportaciones y la innovación”.
Mitsotakis se mostró igualmente optimista en cuanto a la posibilidad de convencer a los acreedores europeos de Grecia de la conveniencia de rebajar sus exigencias fiscales, a cambio de un "paquete completo de reformas".
Como parte de su promesa de reactivación, el líder conservador quiere acometer también una reducción masiva en impuestos como el IVA, el de sociedades, el de bienes imuebles o el de la renta.
Con Mitsotakis, formado en la universidad de Harvard y exconsultor de McKinsey en Londres, vuelve de lleno al poder una dinastía de políticos conservadores.
Su padre Constantinos fue primer ministro entre 1990 y 1993, su hermana Dora Bakoyanni desempeñó varios cargos ministeriales y ejerció de alcaldesa de Atenas, y desde el mes pasado, el hijo de esta y sobrino de Kyriakos, Costas Bakoyannis, es el regidor de la capital griega.
El nuevo primer ministro griego fue felicitado por el presidente ruso, Vladimir Putin, quien cultivó buenas relaciones con Tsipras y recordó “las tradiciones seculares de amistad, proximidad cultural y espiritual” entre ambos países, que comparten la religión ortodoxa.
También fue felicitado por Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea saliente, y por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.