Ciudad de Guatemala. AP y AFP. El comediante Jimmy Morales se perfilaba, el domingo en la noche, como próximo presidente de Guatemala al obtener el 71% de los votos en la segunda ronda de las elecciones que disputó con la ex primera ministra Sandra Torres, quien tenía el 29%.
Esos resultados eran producto del 78,22% de las mesas escrutadas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Según este, la jornada fue muy pacífica, sin incidentes, pero marcada por un alto abstencionismo de al menos 50% y una menor afluencia de votantes comparada con la primera vuelta, en setiembre.
Morales, de 46 años, un popular cómico de cine y televisión sin experiencia política, se proclamó presidente electo. “Con ese voto que ustedes me hicieron presidente, recibí un mandato y el mandato es luchar contra la corrupción que nos ha carcomido”, manifestó en un mensaje por televisión.
“Me esforzaré con todo mi corazón y con todas mis fuerzas para no defraudarlos con ese voto que me hizo presidente”, declaró a la cadena Guatevisión, en las primeras palabras desde que empezó el escrutinio.
El nuevo mandatario recibirá el poder en enero del 2016 de un gobierno de transición, encabezado por el presidente Alejandro Maldonado, quien terminará los últimos cuatro meses del periodo de Otto Pérez Molina. Este tuvo que renunciar y está en prisión preventiva por corrupción.
Javier Zepeda, director ejecutivo de la Cámara de Industria, dijo que el sector empresarial mantuvo observadores en la mayoría de centros de votación y que, según sus datos, la afluencia electoral osciló entre 45% y 50% de los votantes, lo cual es casi 20 puntos menos que en la primera ronda.
En la primera ronda electoral “la gente ya mostró su rechazo a la corrupción, donde dejaron fuera a políticos”, expresó Zepeda.
“Llaman la atención el abstencionismo y la apatía, estamos ante una propuesta de más de lo mismo y la otra propuesta que no existe”, comentó Roberto Wagner, un analista independiente. “Será importante la presión ciudadana para cambiar estructuras (de poder)”.
Herencia compleja. Morales, quien enfrentó a Torres –postulada por el Partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), tendrá una difícil etapa por delante, porque su partido, Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación), obtuvo solo 11 diputados de 158 del Congreso.
“ Guatemala en este momento histórico le ha dado una lección al mundo, tenemos que mantener este compromiso" de lucha contra la corrupción, expresó Morales al votar en el municipio de Mixco, aledaño a la capital, donde llegó con una camiseta de la selección guatemalteca de fútbol.
En criterio de analistas, el futuro presidente deberá impulsar un diálogo con todos los sectores del país para recuperar la credibilidad en la dirigencia política tras una serie de escándalos.
Otto Pérez renunció al cargo el 2 de setiembre, acusado de dirigir una estructura de defraudación tributaria en las aduanas.
El escándalo provocó indignación en la población y los guatemaltecos salieron masivamente a las calles para exigir la dimisión de Pérez y de la vicepresidenta, Roxana Baldetti.
El nuevo gobernante encontrará un Estado con las arcas vacías, carecerá de mayoría en el Congreso y estará bajo la mirada vigilante de la población, que exige transparencia.
“El nuevo presidente enfrentará un panorama tétrico porque el Estado está agonizando, las instituciones están colapsadas, la mayoría de los ministerios están endeudados, con cuentas pendientes”, puntualizó Manfredo Marroquín, presidente de Acción Ciudadana , capítulo local de Transparencia Internacional.
Para complicar la situación, el fisco ha registrado "una caída muy drástica de ingresos y (el gobierno) va a tener de entrada muchas demandas y no cuenta con ninguna capacidad financiera para satisfacer esas demandas", agregó.
En los últimos meses, varios de los 14 ministerios han colapsado por falta de recursos, como el de Salud, que está desabastecido de medicamentos, y el de Comunicaciones e Infraestructura, que enfrenta deudas con empresas constructoras.
Abelardo Medina, analista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales , comentó que otro problema será la baja recaudación tributaria, que apenas supera el 10% del producto interno bruto. Se prevé que el déficit fiscal alcance el 2,1%.
“Va a tener que ser un presidente muy creativo para hacer reformas realmente radicales que le permitan tener un horizonte de gobernabilidad”, advirtió Medina.
Los analistas advierten de que el nuevo gobierno estará bajo la lupa de la fiscalización pública para evitar nuevos escándalos.