Caracas. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se alista para responder con puño de hierro al intento de asesinato que denunció el sábado, lo que hace temer una ola represiva contra sus adversarios.
Maduro, quien asegura haber sido víctima de un ataque con drones cargados de explosivos, del que salió ileso, ya anunció varias capturas y prometió ir “a fondo, caiga quien caiga”.
“Han vuelto a fracasar y en Venezuela tiene que haber justicia porque han atentado contra mi vida”, dijo sobre el incidente que dejó siete militares heridos, según el gobierno.
“¡Justicia!, ¡máximo castigo! Y no va a haber perdón, los que se han atrevido a ir hasta el atentado personal que se olviden de perdón. Los perseguiremos y los capturaremos a donde se vayan a esconder ¡Lo juro!”, advirtió el mandatario en una alocución al país, la noche del sábado.
Confrontando a un enorme rechazo popular por el colapso económico, Maduro responsabilizó del ataque a la “ultraderecha”, como se refiere a la oposición, y al presidente colombiano, Juan Manuel Santos.
El mandatario evocó una entrevista de Santos esta semana con la AFP, en la que dijo que veía “cerca” su caída.
“Se trata de un atentado para matarme, han intentado asesinarme el día de hoy. No tengo duda de que el nombre de Juan Manuel Santos está tras este atentado”, sostuvo.
Santos entregará el poder el próximo martes al derechista Iván Duque, duro crítico de Maduro.
“Resultan absurdos y carecen de todo fundamento los señalamientos de que el mandatario colombiano sería el responsable del supuesto atentado en contra del presidente venezolano", indicó la cancillería colombiana en un comunicado.
Pero Maduro instó a los militares a estar en “máxima alerta” y a redoblar la inteligencia en la frontera con Colombia.
Los gobiernos de Cuba, Bolivia, Siria, Irán, Turquía y Rusia –aliados del gobierno socialista– condenaron el incidente. España, por su parte, rechazó “cualquier tipo de violencia con fines políticos” y Alemania afirmó que “siguen de cerca la evolución en el terreno”.
Un supuesto grupo rebelde, el Movimiento Nacional Soldados de Franelas (camisillas), se atribuyó el ataque, según un comunicado leído en Youtube por la periodista opositora venezolana Patricia Poleo, radicada en Estados Unidos. El grupo aseguró estar integrado por militares y civiles.
Según el gobierno, los drones detonaron frente a la tribuna presidencial y otros lugares de la céntrica Avenida Bolívar.
Lo que sucedió
Un video difundido en redes sociales muestra el momento en que suena una explosión y la seguridad de Maduro, quien pronunciaba un discurso, se apresura a cubrirlo con escudos antibalas.
A diferencia del presidente, quien elevó la mirada y se mantuvo erguido, varios militares a su lado se agachan, tras lo cual el mandatario es evacuado. Su esposa, Cilia Flores, y varios altos funcionarios también estaban en la tarima.
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“Mi primera reacción fue de observación, de serenidad, porque tengo confianza plena en el pueblo y en la Fuerza Armada”, relató desde el palacio presidencial de Miraflores.
El fiscal general, Tarek William Saab, de línea oficialista, dijo que el lunes revelará las identidades de los detenidos. “Habrá una sanción implacable”, advirtió Saab, quien fue testigo del incidente. El fiscal sostuvo que uno de los drones grababa el acto. “Pude observar cómo el dron que filmaba los hechos, explotó”, dijo a CNN.
Luego de ello, se vio a decenas de militares romper filas y correr desordenadamente.
La transmisión del acto en cadena de radio y televisión fue cortada. Fotografías muestran a un militar con la cabeza ensangrentada.
Un apartamento en un edificio cercano sufrió un incendio. Un policía que pidió el anonimato dijo a la AFP que desde allí habrían salido los drones y que uno estalló; pero otras versiones señalan que en realidad explotó accidentalmente una bombona de gas.
El consejero de Seguridad Nacional de Donald Trump, John Bolton, negó este domingo la vinculación de Estados Unidos en el incidente. “Puedo afirmar categóricamente que no hubo absolutamente ninguna participación del gobierno estadounidense en lo sucedido allí”, señaló Bolton en la cadena Fox.
La advertencia de Maduro generó temores por una ofensiva contra opositores, en un país donde se denuncia que el gobierno tiene unos 248 “presos políticos”, entre ellos el dirigente Leopoldo López.
"Alertamos que lo hasta ahora anunciado por el gobierno madurista abre la puerta a una persecución y ola de represión que puede justificar cualquier cosa”, afirmó Nicmer Evans, disidente del chavismo y dirigente del opositor Frente Amplio.
“¡No queremos atentados ni autoatentados, no queremos golpes ni autogolpes! ¡Tampoco queremos más hiperinflación, más hambre ni más muerte por falta de medicinas!”, expresó, por su parte, Jesús Torrealba, exsecretario de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática, hoy dividida.
Mano firme
Maduro se mostró desafiante, advirtiendo que ahora está “más decidido que nunca a seguir el camino de la revolución”.
Exconductor de autobús y hoy de 55 años años de edad, Maduro llegó al poder en 2013, tras la muerte de Hugo Chávez, quien gobernaba desde 1999. Pese a la debacle económica, fue reelegido el 20 de mayo en unos controvertidos comicios que la oposición boicoteó por considerarlos ilegítimos. Su reelección es desconocida por gran parte de la comunidad internacional.