Caracas. La proclamación de la candidatura es una formalidad: Nicolás Maduro buscará un tercer mandato que lo mantenga en el poder en Venezuela por casi dos décadas.
A sus 61 años, el presidente enfrentará en las elecciones del 28 de julio a una oposición que lucha por definir un candidato en medio de una tormenta interna entre mantenerse leal a María Corina Machado, su primera opción pero inhabilitada políticamente, o encontrar otro nombre.
Esto es lo que se sabe de la candidatura de Maduro, que ya era evidente con una agresiva campaña en movimiento:
La candidatura
El chavismo cumplió 25 años en el poder en febrero, siendo los últimos 11 liderados por Maduro tras la muerte de Hugo Chávez en 2013.
Su reelección en 2018 ya fue tachada de “fraudulenta” por la oposición, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, que impuso una serie de sanciones sin éxito para sacarlo del poder.
Aunque fue subestimado al principio, nadie se atreve a desafiar a Maduro.
Ningún otro nombre fue propuesto en las asambleas del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), convocadas por su cúpula entre el 7 y 9 de marzo.
Antes de estas reuniones, en las que el gobierno asegura que participaron más de 4 millones de militantes, Diosdado Cabello, considerado número dos del chavismo y vicepresidente del PSUV, ya daba por confirmada la candidatura del mandatario por “consenso”.
“Las bases del PSUV decidieron, Nicolás Maduro candidato presidencial, 4.240.032 participaron”, escribió en la red social X Cabello.
El 15 de marzo será proclamado en el congreso del partido, una formalidad que Maduro decidió respetar.
“Esperaré hasta el gran congreso del viernes para ver qué respondo a la postulación, esperen el próximo capítulo”, dijo entre risas durante su programa semanal “Con Maduro +”. “¡Vamos, Nico; vamos, Nico!”, repetía la audiencia.
Si resulta ganador en los comicios, Maduro se mantendría en el poder durante 18 años.
La oposición
La oposición, por su parte, debe definir un candidato ante la inhabilitación de Machado, que ganó las primarias de la principal coalición Plataforma Unitaria en octubre pasado.
Aunque la dirigente liberal insiste en que será aspirante, en la práctica su postulación está descartada por el poder electoral.
La habilitación de candidatos fue uno de los puntos más polémicos de los diálogos entre el gobierno y la oposición, con mediación de Noruega, y que llevó a fijar la fecha de los comicios en el segundo semestre.
El gobierno accedió a un mecanismo para impugnar las sanciones, que terminó con la corte suprema ratificando el golpe contra Machado.
La oposición exige que su candidata sea habilitada. Aunque históricamente frágil y fácilmente divisible, los pedidos por un sustituto son cada vez más frecuentes.
“Los venezolanos tenemos que tener una opción, porque el país quiere votar”, dijo el lunes el dos veces candidato presidencial Henrique Capriles en una entrevista. “Estamos en un país donde el objetivo que tenemos es recuperar la democracia, pretender que vas a una elección como si estuvieras en un país democrático es ignorar la realidad”.
Algunos actores -tachados de colaboracionistas- ya asoman incluso aspiraciones propias.
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La elección
La fecha del 28 de julio respeta el acuerdo de celebrar las elecciones en el segundo semestre de 2024, aunque pone en jaque los tiempos para que se conformen misiones de observación internacional.
El Consejo Nacional Electoral (CNE), acusado de servir al chavismo, envió invitaciones a la Unión Europea (UE), la ONU y el Centro Carter para que observen el proceso electoral.
La postulación oficial de candidatos ante el CNE se realizará entre el 21 y 25 de marzo, y la campaña electoral será del 4 al 25 de julio.
“Que vengan los veedores que quieran venir. Eso sí, respetando la soberanía de Venezuela”, insistió Maduro. “Si lo dijo el Poder Electoral, santa palabra, amén, que vengan pues, que el 28 de julio va a ser la fiesta de la libertad, la fiesta de la democracia”.
La UE envió una misión en 2021 en las últimas elecciones de gobernadores y alcaldes, pero terminó abruptamente después de que Maduro tachara a los observadores de “enemigos” y “espías”.