Caracas. La campaña electoral arranca oficialmente este jueves en Venezuela con la “toma” de 70 ciudades por parte del chavismo: el número es simbólico, es la edad que cumpliría el fallecido Hugo Chávez el 28 de julio, fecha elegida para las presidenciales en medio de mucha incertidumbre.
El presidente Nicolás Maduro tiene previsto dar un mitin en el palacio presidencial de Miraflores, adonde llegarán sendas marchas que, según su equipo político, desbordarán Caracas de punta a punta. La oposición liderada por María Corina Machado iniciará, también en la capital, una caravana por todo el país acompañada del candidato Edmundo González Urrutia.
Los comicios se celebran en menos de un mes y hay muy pocas certezas: ¿habrá elecciones? ¿Edmundo González podrá ser candidato?, son preguntas frecuentes en la calle.
La campaña arranca además en medio de denuncias de “persecución”, detenciones e inhabilitaciones a opositores, mientras el gobierno les acusa de estar detrás de actos conspirativos.
La mayoría de las encuestas muestra victoriosa a la oposición, que se abraza a esos pronósticos que el chavismo desestima.
“Una cosa es ganar el proceso electoral y, por supuesto, otra cosa es el reconocimiento”, alerta Guillermo Tell Aveledo, profesor de Estudios Políticos en la Universidad Metropolitana. “Y ahí se abren otro tipo de temores, otro tipo de posibilidades”. Incertidumbre.
La campaña
La campaña comenzó hace meses.
Machado ha recorrido todo el país en auto porque el chavismo le impide viajar en avión. En cada pueblo es recibida como una ‘rock star’ por multitudes que se agolpan para escuchar su promesa de cambio.
Maduro ha intensificado su agenda electoral en las últimas semanas con apariciones en varios pueblos y ciudades a diario. Promete recuperación económica, tras una crisis sin precedentes que redujo el PIB en 80% y llevó a un éxodo masivo que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cifra en más de siete millones de personas, alrededor de 25% de la población.
“Es una campaña atípica, más de percepciones y perspectivas del país que de programas concretos”, dijo Aveledo.
Ahora, en el arranque formal, el chavismo tira la casa por la ventana.
Jorge Rodríguez, jefe del equipo de campaña oficialista, anunció movilizaciones simultáneas en 70 ciudades para el inicio este 4 de julio del período de campaña. Es “un homenaje al 70 aniversario, al cumpleaños de nuestro comandante Hugo Chávez”.
“Caracas vamos a tomarla por completo”, añadió, con manifestaciones que saldrán de cada flanco de la capital hasta Miraflores, la sede de la presidencia.
La “caravana con Venezuela” recorrerá otros estados del país, incluido Barinas, donde nació Chávez y bastión del chavismo hasta 2021 cuando la oposición lo arrebató en elecciones.
Presión internacional
Un ensayo de la elección se realizó el domingo pasado y fue acompañado por observadores del Centro Carter y el panel de expertos de Naciones Unidas.
La Unión Europea fue excluida de la observación por las sanciones que persisten contra funcionarios del gobierno venezolano.
Maduro busca legitimidad internacional con estos comicios, después del amplio rechazo que tuvo su reelección en 2018, tachada por Estados Unidos y otras decenas de países de fraudulenta.
Washington, que presiona condiciones a cambio del levantamiento sanciones, reanudó un proceso de diálogo directo con Maduro. En la primera reunión, este miércoles, las partes acordaron “trabajar de forma conjunta para ganar confianza y mejorar las relaciones”, según la delegación venezolana.
Los vecinos Brasil y Colombia también exigen elecciones “libres”, ante el temor de otra ola migratoria en sus territorios.
“Nosotros estamos trabajando para que las elecciones (...) sean reconocidas, principalmente por los propios venezolanos”, dijo el miércoles la secretaria para América Latina y el Caribe de la cancillería brasileña, Gisela Padovan.
Expertos coinciden en la dificultad de un fraude en el sistema electrónico de votación. “Sin embargo, la posibilidad de algún tipo de desconocimiento, zarpazo o de ofuscamiento de la voluntad popular está muy sobre el tapete”, alerta Aveledo.
“Una acción de ese tipo daría al traste con cualquier intento de legitimación que esta elección hubiera podido tener”, añadió.