Moscú. El nuevo primer ministro de Vladimir Putin, Mijaíl Mishustin, prometió este jueves “cambios reales” en su primer discurso oficial, un día después de la dimisión del gobierno y de los anuncios sorpresa del presidente ruso sobre las reformas constitucionales.
Frente a los diputados, Mishustin explicó en un discurso de diez minutos que "la gente ya debería estar sintiendo mejorías reales. Todavía no es el caso", aseguró.
En cuanto a la economía Mishustin pidió relanzar el crecimiento.
"Es necesario estimular el crecimiento de las inversiones y recuperar la confianza entre las autoridades y las empresas" para reactivar la economía rusa, dijo ante los diputados.
Para lograrlo prometió poner en marcha el programa de Putin, que dirige Rusia desde hace 20 años.
Como se esperaba, Mishustin recibió la aprobación de los diputados de la Duma, 383 de los cuales votaron a su favor, con cero votos en contra y 41 abstenciones.
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Su nombramiento formal todavía necesita un decreto presidencial.
El primer ministro tiene ahora una semana para proponer un equipo de gobierno a Vladimir Putin.
Hasta ahora responsable del servicio federal de impuestos, Mishustin se reunió este jueves con los distintos grupos parlamentarios.
Los cambios anunciados la víspera por Putin sorprendieron a los políticos y a los medios rusos, que los interpretan como una manera de preparar el 2024, cuando termine el mandato de Putin, quien no puede volver a presentarse bajo la legislación actual.
Mishustin, hasta ahora desconocido por el público, dice estar abierto a la "crítica constructiva" y en su discurso habló de economía y de protección social, asegurando que su prioridad será aumentar los "salarios reales".
También pidió "recuperar la confianza" del mundo de los negocios y "estimular el crecimiento de las inversiones".
Mishustin, nacido en Moscú hace 53 años, tuvo una larga carrera como alto funcionario de varias agencias gubernamentales antes de ponerse a la cabeza de un fondo de inversiones.
En el 2010 entró en el servicio fiscal, que transformó profundamente.
Igual que a Putin le gusta el hockey sobre hielo y es un gran defensor de la modernización y la digitalización de Rusia.
Putin anunció en un discurso una reforma de la Constitución para dar más poder al parlamento y preservar al mismo tiempo el carácter presidencial del sistema político que dirige desde hace 20 años.
Tras el discurso el gobierno dimitió por sorpresa.
La principal reforma es que los diputados podrán nombrar al primer ministro en vez de solo confirmarlo, como hasta ahora.
Según la presidenta de la cámara alta del Parlamento, Valentina Matvienko, los cambios podrían ser presentados en uno meses y luego sometidas al voto de los rusos.
El grupo de trabajo responsable de preparar estos cambios constitucionales se reunió el jueves, bajo la dirección de Putin, e incluye 70 personalidades, entre ellas la atleta Elena Isinbayeva.
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Putin explicó que los cambios permitirán "garantizar el desarrollo del Estado de derecho y reforzar la sociedad civil".
Las oenegés acusan con frecuencia a Rusia de violar los derechos humanos y los principios del Estado de derecho.
Putin aseguró que Rusia necesita "cambios" y que está "madura" para poner un marcha un sistema en el que el parlamento tenga un peso más importante.
Sus propuestas también sirven para reforzar a los gobernadores regionales, prohibir a los miembros del gobierno y a los jueces tener un permiso de residencia en el extranjero y para obligar a todos los candidatos a las elecciones presidenciales a haber vivido los últimos 25 últimos años en Rusia.
El jefe de Estado conservará el derecho de despedir a cualquier miembro del gobierno y nombrará a los jefes de todas las organizaciones de seguridad.