WASHINGTON
El presidente Barack Obama prometió este jueves ampliar la asistencia humanitaria de Estados Unidos a los iraquíes amenazados por el avance de las fuerzas del Estado Islámico y se atribuyó el mérito de aliviar la amenaza de genocidio a miles de personas atrapadas en una montaña, pero dijo que la situación "sigue siendo desesperada" en todo el país.
Obama agregó que continuarían los ataques aéreos para proteger al personal e instalaciones estadounidenses en Irak y dijo que Washington ha aumentado el envío de asistencia militar a Irak y las fuerzas curdas que combaten al Estado Islámico.
Sin embargo, el mandatario estadounidense no dio señales de que piense cambiar la campaña defensiva limitada que anunció la semana pasada por otra que eche mano a todo el poderío estadounidense para replegar y con el tiempo derrotar a los extremistas del Estado Islámico, que han hecho grandes avances en todo el oeste y norte de Irak desde junio.
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"Vamos a trabajar con nuestros aliados internacionales para ofrecer asistencia humanitaria a los que sufren en el norte de Irak siempre que tengamos la capacidad y podamos realizar misiones efectivas, como la del Monte Sinjar, sin enviar soldados a combatir", expresó Obama.
Sus declaraciones destacan la brecha entre la evaluación cada vez más alarmante del gobierno estadounidense de la amenaza que constituye el Estado Islámico y la campaña aérea limitada que ha implementado hasta ahora, que oficiales militares reconocen sólo ha tenido un efecto temporal y no es probable que detenga el impulso y las ambiciones de ese grupo.
Hoy jueves, algunos de los más altos expertos en terrorismo describieron al Estado Islámico como una organización terrorista empeñada en gobernar el territorio que controla en Siria e Irak, a la vez que alienta ataques en Europa y Estados Unidos.
"Nuestra evaluación es que el grupo probablemente considera inevitable un conflicto con Estados Unidos", dijo uno de los funcionarios, que hablaron, al igual que los otros, con la condición de no ser identificados.
Obama no dijo mucho sobre la potencial amenaza terrorista que significa el Estado Islámico, pero ha sido enfático en su postura de que no hay una solución militar estadounidense a la amenaza insurgente en Irak. El presidente ha presionado a los iraquíes a crear un gobierno que represente los intereses de cada una de las principales facciones sectarias —suníes, chiíes y curdos— y motive más a las fuerzas de seguridad iraquíes para combatir a los insurgentes.