Obispo sigue bajo arresto domiciliario a dos semanas de su detención en Nicaragua
Las autoridades abrieron una investigación al religioso acusándole de ‘organizar a grupos violentos’ e incitar al ‘odio’ para ‘desestabilizar al Estado de Nicaragua’
Managua. El obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, crítico del presidente nicaragüense Daniel Ortega y quien está bajo arresto domiciliario desde hace dos semanas, “está bien de salud” y pide que “oren por él”, dijo este domingo el cardenal Leopoldo Brenes tras su homilía. “Espiritualmente está fuerte y nos pide que sigamos orando por él, porque es la misión de la Iglesia”, dijo a periodistas Brenes al terminar la misa dominical.
Brenes se abstuvo de comentar la situación legal que rodea el caso de Álvarez. “No soy muy técnico en cuestión de leyes”, argumentó.
Álvarez fue puesto en arresto domiciliario el pasado 19 de agosto, luego de que la Policía irrumpió en la curia de Matagalpa, en el norte del país, donde el religioso permanecía bajo vigilancia policial desde el 4 de agosto, y lo trasladó por la fuerza a Managua.
Las autoridades abrieron una investigación al religioso acusándole de “organizar a grupos violentos” e incitar al “odio” para “desestabilizar al Estado de Nicaragua”. En tanto, otras siete personas, entre ellos sacerdotes, seminaristas y un laico que estaban con Álvarez en la curia, permanecen detenidos en las celdas de la Policía, conocidas como El Chipote.
El cardenal Brenes confió en una solución a la crisis que vive la Iglesia católica con el gobierno desde hace cuatro años, porque “siempre hay una salida (...). No hay un túnel o cueva por muy larga y muy oscura que sea que no tenga un rayito de luz”.
A las críticas dentro y fuera del país por el silencio del papa Francisco sobre los acontecimientos en Nicaragua, Brenes sostuvo: “El Papa es maravilloso y maneja información que a veces ni nosotros conocemos (...). Es un hombre súper informado”.
El arresto de Álvarez es otro episodio de una serie de desencuentros entre la Iglesia y el gobierno a partir del 2018, cuando los templos dieron refugio a manifestantes heridos en las protestas que se produjeron ese año. Las autoridades acusan a los obispos de haberse coludido con la oposición para quitar a Ortega del poder en un fallido golpe de Estado promovido por Estados Unidos.
Ortega, un exguerrillero de 76 años, gobernó por primera vez el país entre 1979 y 1990. Perdió las elecciones ese año ante una coalición de derecha y retornó al poder en 2007, desde cuando se mantiene luego de reelegirse en tres periodos consecutivos.
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