Pekín. China está bajo intensa presión diplomática tanto de Europa como de Estados Unidos para que deje de apoyar a Rusia y a su economía, golpeada por innumerables sanciones desde la invasión de Ucrania.
Los países occidentales impusieron varias salvas de sanciones en las últimas semanas que podrían incluso llevar a Rusia a hacer default de su deuda, según la agencia de calificación financiera Fitch.
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Las sanciones van desde la congelación de activos hasta la prohibición de exportar determinados productos a Rusia, pasando por medidas para paralizar el sector bancario o el cierre del espacio aéreo europeo a las empresas.
Pero Pekín se resiste de momento a dejar de apoyar a su aliado. El gobierno ruso, aislado y luchando contra la caída de su moneda, habría pedido ayuda económica y militar a China, según el diario estadounidense New York Times, que cita a funcionarios anónimos. China parece haber respondido positivamente a la demanda, al menos en parte.
Pero para Pekín es difícil encontrar el equilibrio entre su amistad con Rusia y su deseo de evitar el oprobio internacional e incluso de ser objeto a su vez de las sanciones occidentales.
Estados Unidos calificó el lunes de “profundamente preocupante” lo que calificó de “alineamiento” de Pekín con Moscú, tras una reunión en Roma entre Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional estadounidense, y Yang Jiechi, máximo responsable diplomático del Partido Comunista Chino (PCC). Desde el comienzo de la invasión, China se negó a condenar abiertamente la operación militar y la semana pasada calificó su amistad con Rusia de “sólida como una roca”.
¿Armas para Rusia?
“China está pensando en sus propios intereses, y eso es todo”, afirmó Alexander Gabuev, especialista en relaciones sino-rusas del Carnegie Moscow Center en Moscú.
“Una Rusia más débil es probablemente una Rusia que servirá mejor a sus intereses, porque tendrá más influencia sobre ella”, asegura el experto. Por el momento China intenta aparecer como una potencia neutral, pidiendo “moderación” y negociación entre Rusia y Ucrania, al tiempo que critica la expansión de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN).
Los medios estadounidenses, citando a funcionarios no identificados, aseguraron que Pekín está dispuesto a apoyar la economía rusa, a proporcionar incluso armas y apoyo logístico a las tropas del presidente ruso Vladimir Putin en Ucrania. La AFP no pudo verificar estas afirmaciones.
El jefe de la política exterior de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, en línea con otros países occidentales, dijo que había pedido a Pekín que ejerciera su “considerable influencia” sobre Moscú para garantizar un alto el fuego.
Un llamamiento aparentemente sin mucho efecto. En China, los medios de comunicación estatales retomaron algunas de los argumentos del Kremlin, como que Ucrania estaría utilizando a los civiles como “escudos humanos” y de que Estados Unidos estaría financiando programas biológicos militares en Ucrania.
“La posición china no es tanto prorrusa como antiestadounidense”, dijo Alexander Gabuev, del Carnegie Moscow Center. La invasión de Ucrania, que se produjo tres semanas después de la visita de Vladimir Putin a Pekín con motivo de los Juegos Olímpicos, podría dañar la amistad sino-rusa calificada de “ilimitada” durante la visita del líder del Kremlin.
“Cuanto más largo y violento sea el conflicto, más complicada será la situación para China”, dijo Ni Lexiong, profesor del Instituto de Estrategia de Defensa Nacional de Shanghái.