Berlín. Vicecanciller y ministro de Finanzas del gobierno, el muy moderado y austero socialdemócrata Olaf Scholz se dispone a tomar en Alemania el relevo de Angela Merkel, para dirigir una inédita coalición de tres partidos gracias a su experiencia de ministro y a una campaña sin pasos en falso.
A los 63 años, Scholz reveló este miércoles el acuerdo final de coalición negociado desde hace dos meses con los ecologistas y los liberales. Se abre así la vía a su elección, en la semana del 6 de diciembre, como canciller de la primera economía europea, al cabo de una inesperada remontada del Partido Socialdemócrata (SPD) dado por muerto hasta hace poco, y que ganó por escaso margen las legislativas de setiembre.
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Sin hacer mucho ruido e inspirándose del sobrio estilo Merkel, este amante de los largos paseos ha logrado imponerse pese a ser poco conocido por los propios alemanes. No existe en efecto ninguna biografía del futuro canciller, pese a haber sido varias veces ministro o exalcalde de Hamburgo, segunda ciudad del país.
‘Encarnación del aburrimiento’
Descrito por el Spiegel como “la encarnación del aburrimiento” en política, Scholz ha pasado por todos los niveles de la acción pública desde los años 70. Nacido en Osnabruck el 14 de junio de 1958, Olaf Scholz se unió al SPD a los 17 años. Entonces tenía cabello largo y coqueteaba con las ideas más de izquierda del partido.
Se hizo abogado especialista en derecho laboral y en 1998 fue elegido diputado, y luego secretario general del SPD (2002-2004). En ese cargo, tuvo que explicar todos los días ante las cámaras el detalle de las impopulares reformas liberales del entonces canciller Gerhard Schröder.
Objeto de burlas por su talante austero y sus discursos en tono de autómata que le valieron el sobrenombre de “Scholzomat”, el hoy futuro canciller admitió que “no era una descripción totalmente falsa”. Aunque agregó: “Siempre se me hacían las mismas preguntas, y yo daba las mismas respuestas”.
En el 2004, la liberalización del mercado de trabajo dividiría a la izquierda, precipitando la derrota de Schroder ante Angela Merkel en el 2005.
En el 2007 es nombrado ministro de Trabajo en una gran coalición gubernamental, y en el 2011 se convertiría en alcalde de Hamburgo. Ahí, Scholz llevo a cabo una ambiciosa política en materia de vivienda y de protección a la primera infancia, aún a costa de agotar el presupuesto de la ciudad.
Olaf Scholz, en otro gobierno de coalición de Merkel, sucede en el 2018 en el prestigioso ministerio de Finanzas al muy ortodoxo cristianodemócrata Wolfgang Schäuble, cuya inflexible gestión financiera prosigue.
Scholz rompió en cambio con el tono a menudo tajante y moralizador de su antecesor, especialmente ante países del sur de Europa considerados laxistas.
Competencia
Este socialdemócrata de tendencia centrista, de 63 años, parece haber convencido a buena parte del electorado ofreciendo una imagen de competencia. En el 2019, Scholz se había propuesto para liderar el SPD, aunque los militantes escogieron a dos casi desconocidos claramente más a la izquierda.
Sin embargo, Scholz logró recuperar terreno con la pandemia, cuando no dudó en romper con la ortodoxia presupuestaria. El SPD lo designó entonces como candidato a las legislativas de setiembre del 2021. Tras una década de acumular excedentes, Alemania contrajo miles de millones de euros en nuevas deudas desde el 2020, en detrimento de sus estrictas reglas constitucionales.
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“Todo eso es caro, pero no hacer nada sería aún más caro”, insistió Scholz, desde su cargo de ministro de Finanzas, para justificar los gastos en plena pandemia del covid-19. En las elecciones de septiembre, el SPD liderado por Scholz logró una corta victoria, relegando a segundo lugar a los conservadores de Angela Merkel. Su camino hacia la cancillería quedaba expedito.