Managua. La opositora Alianza Cívica, que negocia con el gobierno del izquierdista Daniel Ortega una salida a la crisis política en Nicaragua, afirmó este viernes que han encontrado “buena receptividad” para avanzar en la definición de la agenda del diálogo.
"Por el momento hemos visto que ha habido buena receptividad, ha sido un poco lento porque hemos tenido puntos en los cuales hemos tenido mucho debate", declaró a periodistas el exdiplomático Carlos Tünnermann, jefe de la delegación de la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD).
Las conversaciones “van avanzando, no con la rapidez que nosotros quisiéramos, pero quizás con la necesaria maduración para que podamos asegurar el éxito”, dijo Tünnermann, exembajador ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) y Washington.
"Hay que tener paciencia, (porque) estos diálogos van a tratar puntos que son muy importantes para encontrar la paz en el país", agregó.
Tünnermann habló antes del comienzo este viernes de la octava jornada de conversaciones con la delegación del gobierno, que preside el canciller Denis Moncada, en la sede del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), 15 km al sur de la capital.
El gobierno ejercido por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y la oposición acordaron el pasado martes las reglas de las negociaciones, tras reanudar el 27 de febrero el diálogo que estaba suspendido desde junio pasado, con el ánimo de buscar una solución a la crisis que desataron las masivas protestas de abril pasado.
Las represión a las protestas contra el gobierno de Ortega dejó al menos 325 muertos, más de 700 detenidos y miles de exiliados, según grupos humanitarios y el Comité Pro Libertad de Presos Políticos.
Actualmente, las partes discuten los puntos de la agenda y los "subtemas que deben ser conciliados" en el diálogo.
La oposición demanda la liberación inmediata de quienes fueron presos por participar en la protestas, justicia independiente y la democratización del país, que incluye una reforma al cuestionado sistema electoral, con el objetivo de garantizar elecciones "libres y transparentes".
Ortega, por su parte, dijo el 21 de febrero que volvía a la mesa con el interés de trabajar en favor de la restauración de la paz, la seguridad y estabilidad del país, cuya economía ha sido fuertemente golpeado por la crisis.
Ambas partes proponen que las iglesias católicas y evangélicas sirvan como testigos y acompañantes del diálogo.
Los obispos católicos comenzaron a discutir viernes en Managua si aceptan participar como observadores.