PANAMÁ (AP) — El nuevo gobierno de Panamá descartó la construcción del emblemático plan de un tren fronterizo impulsado tras el establecimiento de relaciones con China, aunque aseguró que los lazos con el gigante asiático son importantes y no deben interferir con los que tiene con Estados Unidos y viceversa.
En un encuentro con periodistas de medios internacionales, el presidente Laurentino Cortizo dijo el miércoles que el tren chino de más de 4.000 millones de dólares no es una prioridad para su gobierno, que comenzó el 1 de julio. Pero al mismo tiempo aclaró que es incorrecto que ello sea interpretado como un enfriamiento de las relaciones con Pekín debido a presiones de Washington.
El gobierno tampoco dio señal alguna de querer variar o cambiar radicalmente la relación que su antecesor Juan Carlos Varela entabló con China y que llevó a la ruptura con Taiwán en junio del 2017.
En los últimos meses había crecido aquí la impresión de que el gobierno de Cortizo estaba congelando los lazos con Pekín, después de optar por una revisión en las negociaciones para un acuerdo de libre comercio y echar a un lado la construcción del tren, cuyos estudios de factibilidad entregó China antes de que Varela dejase el cargo.
A la red ferroviaria, que se extendería desde la capital hasta la provincia de Chiriquí --próxima a la frontera con Costa Rica--, se la veía como el mayor plan dentro de la iniciativa china de la Franja y la Ruta, que incluye la construcción de multimillonarios proyectos de infraestructura vial y ferroviario con jugosos préstamos chinos.
Varela respaldó la iniciativa durante una visita a Panamá del presidente chino Xi Jinping en diciembre.
“El tema del tren involucra muchos recursos y para Panamá hay otras prioridades donde seguro que el gobierno de China puede cooperar en infraestructura que se necesitan con mucha más urgencia”, manifestó Cortizo.
En la víspera, el embajador chino en Panamá Wei Qiang dijo que “hay presiones” de una potencia mundial, en clara referencia a Estados Unidos, para que el gobierno del país centroamericano enfriara las relaciones con Pekín. Sin embargo, el diplomático dijo que Panamá y China eran naciones maduras y capaces de tomar decisiones propias.
Altos funcionarios del gobierno del presidente Donald Trump han viajado a Panamá en el último año para poner en duda las iniciativas de inversión de China en la región.