Washington. El covid-19 está marcando el final del mandato de Donald Trump, quien, después de minimizar el coronavirus y hacer oídos sordos a los científicos, ha dado positivo un mes antes de las elecciones presidenciales estadounidenses.
El presidente estadounidense anunció en la madrugada del viernes en Twitter que él y la primera dama, Melania Trump, habían dado positivo en el test del covid-19.
Unas horas antes, una de sus colaboradoras más cercanas, Hope Hicks, también vinculada a la primera dama, recibieron la misma noticia.
El coronavirus, que apareció a principios de año, ha trastornado por completo la presidencia de Trump, hoy en una posición delicada frente a su rival en las elecciones del 3 de noviembre, el demócrata Joe Biden.
Donald Trump habló por primera vez sobre el nuevo coronavirus el 22 de enero de 2020, durante su visita al Foro Económico Mundial en Davos (Suiza).
“Tenemos el control total de la situación. Esta es una persona de China (primer infectado en Estados Unidos). Tenemos el control. Todo estará bien”, dijo entonces.
El mandatario ha minimizado repetidamente la gravedad de la pandemia, y afirmó que el virus no resistiría el calor del verano. “Por lo general, desaparecerá en abril”, afirmó en febrero.
Según el diario The Washington Post, que realizó un recuento de declaraciones del presidente sobre el covid-19, Trump ha dicho 34 veces que el coronavirus desaparecerá de forma natural.
La realidad se impone
Pero ante el avance de la pandemia, el presidente vio como la mayoría de gobernadores y autoridades locales imponían cuarentenas para frenar la propagación del virus.
A mediados de marzo, el país se va paralizando gradualmente; se cierran las escuelas y los intercambios con el resto del mundo se reducen drásticamente.
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La economía se hunde y con ella uno de los principales argumentos del presidente para ganar las votaciones presidenciales.
Durante el primer cara a cara con Biden, celebrado el martes por la noche, Trump volvió a afirmar que había construido "la mejor economía de la historia". Pero eso fue antes de la pandemia.
Desde el comienzo de la crisis, Trump propuso tratamientos no probados contra el covid-19, como la hidroxicloroquina, un medicamento contra la malaria. El 28 de marzo, la Casa Blanca anuncia su autorización de urgencia.
El mandatario asegura a finales de mayo que incluso él toma esta medicina de forma preventiva: "Sí, lo he estado tomando durante una semana y media ... ¡y todavía estoy aquí!".
Posteriormente se revoca la autorización de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA), pero Trump no cede y sigue promocionando este tratamiento.
Este episodio fue la constatación del mensaje contradictorio que el presidente daba de la crisis.
Desconexión ante la crisis
Entre promesas de vacunas, remedios excéntricos y su empeño en reabrir la economía, Trump deja la gestión de la pandemia en manos de gobernadores, lo que imposibilita una respuesta unitaria a nivel nacional.
Las autoridades sanitarias recomiendan a principios de abril el uso de la mascarilla. El anuncio se hace desde la Casa Blanca, e inmediatamente el propio Trump asegura que él no se la va a poner.
El mandatario incluso se burla de los que la llevan, como Biden. Hasta el 11 de julio no se ve a Trump en público con mascarilla. Desde entonces es raro que la use.
El mandatario ha sido criticado con dureza por su manejo de la pandemia, que en Estados Unidos ha matado a casi 208.000 personas y ha contagiado a más de 7,2 millones.
El país, que tiene menos del 5% de la población mundial, es el más enlutado del mundo con casi el 20% del total de muertos por la pandemia.
A diferencia de Biden, celoso con respetar las recomendaciones científicas, Trump ha hecho campaña activamente y ha estado encadenando varios mítines frente a miles de simpatizantes.
Estuvo en Minnesota el miércoles. Se ha cancelado un acto programado para el viernes en Florida, al igual que probablemente se hará con dos mítines previstos para el sábado en Wisconsin, uno de los estados clave de cara al 3 de noviembre.
Trump se sometía regularmente al test de coronavirus, y siempre daba negativo. Hasta la madrugada del viernes cuando tuiteó: “Esta noche, la primera dama y yo hemos dado positivo por covid-19”.