Washington. Una pandemia furiosa, una crisis económica, un país dividido, profundas heridas raciales. Joe Biden ya tiene la agenda programada antes de jurar como el 46.° presidente de Estados Unidos, el miércoles.
"Lo que es singular para Biden es no tanto que haya una crisis, es la cantidad de crisis que compiten entre sí", dijo Mary Stuckey, una profesora de Comunicación en la Universidad Penn State.
Quizá la mayor sea la pandemia de covid-19, que se ha ensañado con Estados Unidos, que superó los 400.000 decesos.
Precisamente, al llegar este martes a la capital estadounidense, el presidente electo rindió homenaje a esas víctimas fatales de la pandemia.
“A veces es difícil recordar. Pero esa es la forma de sanar. Es importante que hagamos eso como país”, expresó Biden en un breve y sombrío discurso delante del estanque de la explanada de Washington iluminado con velas para recordar a los fallecidos.
David Farber, un profesor de Historia en la Universidad de Kansas, destacó el impacto social de la enfermedad: “Tenemos 4.000 estadounidenses que mueren por covid cada día. Y la distribución federal de la vacuna ha sido un desastre”.
"Así que pienso que (esta crisis) es central y que (Biden) tendrá que mantener su mente enfocado en esta".
Biden ya trazó un plan multifacético para combatir la pandemia, que incluye una mayor cantidad de hisopados y rastreo epidemiológico, y la vacunación de 100 millones de personas en sus primeros 100 días de gobierno.
Economía en jaque
Pero la pandemia de covid-19 no puede consumir toda la atención del futuro presidente de 78 años, el hombre de mayor edad en jurar como mandatario de Estados Unidos.
No muchos presidentes asumieron el cargo con una situación económica como la que hereda Biden, aunque algunos de sus predecesores la tenían peor.
“En 1933, Franklin Roosevelt llegó a la Casa Blanca con un 25% de desempleo, con la bolsa que había caído casi un 90% y con las personas incapaces de sacar sus ahorros de los bancos”, rememoró Farber.
“Estados Unidos ha superado situaciones peores”, indicó, tras notar que el propio Biden, como vicepresidente de Barack Obama (2009-2017), ayudó a navegar la crisis económica del 2008 “en un tiempo en que parecía que la economía mundial se iba a pique”.
Biden propuso recientemente un estímulo económico de $1,9 billones, llamado el Plan de Rescate de Estados Unidos, para revitalizar la principal economía del globo.
Incluye $400.000 millones para hacerle frente a la covid-19, $440.000 millones para las pequeñas empresas y otros negocios golpeados por la pandemia y $1 billón en ayuda a los estadounidenses, del cual una parte será un pago de $1.400 a la mayoría más necesitada, además de unos pagos de $600 ya realizados en diciembre pasado.
País fracturado
Shirley Anne Warshaw, una profesora de Ciencias Políticas en el Gettysburg College, puntualizó que la polarización política en Estados Unidos supone un desafío completamente distinto tras los cuatro años de presidencia de Donald Trump.
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“Nunca nos vimos tan divididos”, declaró sobre la grieta entre demócratas y republicanos.
“Va a ser muy difícil para el presidente Biden el atraer a esas personas a la arena política”, consideró Warshaw, “a la normalidad de creer que el gobierno trabaja para ellos”.
Según Farber, después de la fallida insurrección de seguidores de Trump en el Congreso tras ser enardecidos por el presidente, Biden también enfrenta una crisis de “legitimidad política”.
"Es una crisis que, para ser franco, no se parece a nada que haya visto Estados Unidos desde la toma de mando de Abraham Lincoln", semanas antes del estallido de la Guerra Civil (1861-1865).
“Realmente, no hay otra analogía a esto”, explicó. “Donde tenemos a un presidente saliente que no acepta la legitimidad de la transición de poder”.
"Simplemente nunca ocurrió en Estados Unidos".
Juicio político a Trump
Los primeros días de Biden en la Oficina Oval se pueden complicar todavía más debido al juicio político contra Trump, que fue acusado de incitar a la insurrección por la Cámara de Representantes el 13 de enero.
“Eso va a consumir tiempo”, comentó Farber, “tiempo que Biden necesita para que se aprueben sus nominados al gabinete, tiempo en el que podría dar inicio a iniciativas políticas fundamentales”.
"No es la mejor manera de empezar un nuevo régimen político".
Y es poco probable que el mandatario saliente desaparezca de la escena política incluso si es condenado por el Senado e impedido de volver a postularse.
“Será una ruidosa fuerza que impulsará la crisis desde la derecha, quizá durante todo el gobierno de Biden, y es muy poco lo que Biden puede hacer al respecto”, agregó.
Heridas por racismo
Biden también tomará el timón de una nación que se ha visto sacudida por meses de protestas por la justicia racial tras las muertes de ciudadanos negros a manos de policías.
“El gobierno de Biden va a hacer un gran esfuerzo para lidiar con el tema”, afirmó Warshaw. Una cuestión que “se ha ido enconando año tras año”.
El presidente electo ha demostrado con su selección para el gabinete “la voluntad de crear un gobierno diverso como el que Estados Unidos no ha visto jamás”, destacó Farber.
El futuro jefe del gabinete, Ron Klain, ya avisó que Biden comenzará a atacar todas las crisis en sus primeros 10 días en el cargo.
Pero eso no es todo, señaló Klain en un comunicado. El futuro presidente también le hará frente a otra crisis -la del cambio climático- el mismo día de su juramento, cuando tome medidas para regresar a su país al Acuerdo de París.