Barcelona. El líder independentista Carles Puigdemont anunció este jueves en un discurso colgado en las redes sociales que retira su candidatura a ser investido como presidente de Cataluña para facilitar la formación de “un gobierno lo más rápido posible”.
Impedido por la Justicia española de ser investido, Puigdemont, destituido de la presidencia por Madrid e instalado en Bélgica desde finales de octubre, apuntó como sucesor a Jordi Sánchez, expresidente de una asociación independentista encarcelado desde hace cuatro meses.
Sánchez está en prisión preventiva desde el 16 de octubre por decisión de un juez del Tribunal Supremo que le investiga por un delito de sedición.
En tanto, el Parlamento regional catalán, dominado por los independentistas, aprobó este jueves una resolución denunciando la “deriva autoritaria” del gobierno español y defendiendo la “legitimidad” de Puigdemont, cesado por Madrid e instalado en Bélgica.
Este experiodista es el candidato de los partidos separatistas que ganaron las elecciones del 21 de diciembre; sin embargo, su investidura ha sido prohibida por el Tribunal Constitucional, pero supeditada a una eventual autorización del juez que lo investiga por sedición y rebelión.
Esto llevó al presidente del Parlamento catalán a aplazar el pleno de investidura previsto para el 30 de enero y desde entonces los partidos independentistas negocian una fórmula para salir de este bloqueo político en esta región nororiental de 7,5 millones de habitantes.
Autoritario y antidemocrático
En la resolución, la primera aprobada en esta legislatura, los independentistas denunciaron “la deriva autoritaria y antidemocrática del Estado español” en relación con la intervención de la autonomía y el encarcelamiento de algunos de sus líderes después de la fallida declaración de independencia del 27 de octubre.
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Además, afirmaron que Puigdemont es “el legítimo candidato del Parlamento a la presidencia de la Generalitat en esta legislatura” y exigieron al Gobierno español y el Tribunal Constitucional que “cesen las injerencias” para impedir su investidura.
Los independentistas más radicales intentaron incluir una ratificación de la fallida proclamación de una república del 27 de octubre, pero finalmente esa parte fue eliminada para evitar un nuevo choque judicial con Madrid.
Inicialmente, Puigdemont y su grupo Juntos por Cataluña insistían en investir a su líder a distancia, aunque la decisión fuera suspendida judicialmente e implicara problemas judiciales para los suyos.
Sin embargo, sus aliados de Izquierda Republicana de Cataluña (ERC), cuyo líder y exvicepresidente catalán Oriol Junqueras está en prisión, prefieren escoger un candidato viable que forme un gobierno efectivo en Barcelona para retomar el control de la región.
Según varios medios, esta moción legitimando a Puigdemont sería el primer paso para buscar un candidato alternativo y otorgar al presidente cesado un rol simbólico desde Bélgica.
Recuperar el Gobierno
“Tenemos que poder recuperar el gobierno y tenemos que dotar de todo el reconocimiento al presidente Puigdemont en Bruselas”, dijo la portavoz de ERC, Marta Rovira.
“Hoy empezamos a hacer los pasos en este camino”, añadió.
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El favorito para reemplazarlo es Jordi Sánchez, de 53 años y expresidente de la influyente asociación independentista ANC. Su propuesta también es problemática porque lleva cuatro meses encarcelado preventivamente por presunta sedición y necesitaría permiso judicial para ir al Parlamento.
“Sería un error mayúsculo y dar un mensaje de que continuamos el enfrentamiento elegir a una persona que tuviera problemas con la justicia”, afirmó el jefe de gobierno español, Mariano Rajoy a la cadena Telecinco.
“Ustedes quieren lío, lío y lío porque el lío del proceso independentista se ha convertido en su modus vivendi”, arremetió en el pleno Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos, la primera fuerza parlamentaria pero sin apoyos suficientes para gobernar.
La oposición regional aprovechó el debate para denunciar este bloqueo que impide el fin del control del ejecutivo central de Mariano Rajoy sobre la región.
“Necesitamos un gobierno, un gobierno que se haga cargo de los problemas y que gobierne para los 7,5 millones de catalanes”, dijo el líder socialista Miquel Iceta.
Los opositores también les pidieron abandonar la vía de la ruptura unilateral en un momento de divisiones en el independentismo entre mantener el conflicto con Madrid o calmar la situación y buscar una estrategia a más largo plazo.