Lima. Partidarios de los aspirantes presidenciales Keiko Fujimori y Pedro Castillo volvieron este sábado a marchar para defender sus votos en Perú, que continúa en vilo dos semanas después de los comicios mientras espera que el jurado electoral resuelva todas las impugnaciones y proclame al vencedor.
La derechista Fujimori viene denunciando “irregularidades” en su contra en el balotaje presidencial del 6 de junio, aunque no ha presentado pruebas concluyentes, a pesar de que los observadores de la Organización de los Estados Americanos (OEA) dijeron que la votación fue limpia.
El escrutinio final dio una ventaja de 44.000 votos a su rival izquierdista, mientras políticos de derecha radical piden anular los comicios. Además, militares retirados llaman a las Fuerzas Armadas a impedir que Castillo pueda asumir el mando.
Colectivos, asociaciones civiles y de derechos humanos, así como partidos políticos de izquierda, convocaron a una Gran Marcha Nacional en “defensa” de la victoria de Castillo.
El movimiento comenzó la tarde de este sábado bajo un colorido y bullicioso ambiente de carnaval en la Plaza Dos de Mayo para culminar en la Plaza San Martín, ambas en el centro de Lima.
‘Ya tenemos un ganador’
“Estoy acá por una lucha que tenemos todos los peruanos, porque (el partido fujimorista) Fuerza Popular quiere anular nuestros votos”, declaró a la AFP en la marcha izquierdista Luiz Meza, trabajador de 30 años de una empresa agroexportadora en Ica, 250 kilómetros al sur de Lima.
“Ya tenemos un ganador”, Castillo, dijo por su lado a la AFP Maruja Inquira, quien llegó a Lima desde Coata, en el lago Titicaca, donde predomina la población aymara, vestida con un colorido traje de carvanal. Castillo ganó nueve de cada 10 votos en esa remota zona andina, limítrofe con Bolivia.
Una muchedumbre aplaudía a una mujer con vestido de gala naranja (color del partido fujimorista) y con una máscara de Keiko que bailaba un vals peruano con un hombre que vestía un traje a rayas de recluso con la máscara del encarcelado expresidente Alberto Fujimori, el padre de la candidata.
Paralelamente, el partido fujimorista convocó a un mitin denominado Respeta mi voto, que partió casi a la misma hora en la Alameda 28 de Julio, a dos kilómetros de distancia de la marcha de Castillo.
“Tengo que defender mi voto por mis hijos y por el futuro de mis nietos, porque ha habido fraude en las mesas. Si gana Castillo que gane limpio”, manifestó a la AFP María Alejandra Llenera, ama de casa de 56 años, mientras golpeaba una cacerola con un cucharón de madera.
“Estamos acá para reclamar unas elecciones justas. Todas las manifestaciones que se han ido dando demuestran irregularidades demasiado fuertes”, aseguró Moisés Hurtado, de 56 años, suboficial retirado de la Fuerza Aérea.
A ambas manifestaciones asistieron miles de personas que si bien portaban mascarillas, se amontonaron sin ningún tipo de precaución en un país duramente golpeado por la pandemia.
En la marcha de Castillo había muchos campesinos vestidos con trajes tradicionales de la sierra andina, mientras en la de Fujimori había mayoritariamente gente de clase media y alta, observaron periodistas de la AFP.
Más de 3.000 agentes de Policía fueron movilizados para mantener el orden durante estas manifestaciones. Movilizaciones similares fueron convocadas en diversas ciudades de provincia, donde Castillo obtuvo mayor votación que en Lima, el bastión electoral de su rival.
Llamados a anular comicios
El Jurado Nacional de Elecciones (JNE) trabaja lentamente en dirimir los pedidos de impugnación de miles de votos y mesas de sufragio, presentados principalmente por la candidata derechista, antes de proclamar al vencedor. No hay una fecha perentoria para esta decisión.
El maestro de escuela rural de Cajamarca (norte) se siente seguro de su victoria y no ha participado en manifestaciones en las calles, pero algunas noches ha hablado ante sus seguidores desde un balcón de la sede de su partido en Lima.
El conteo del órgano electoral (ONPE), que llegó el martes al 100% de mesas, otorgó a Castillo el 50,12% de los votos sobre el 49,87% de Fujimori.
Ambos órganos electorales están bajo fuego de los sectores más radicales que apoyan a Fujimori, que temen que la revisión de las impugnaciones por parte del JNE no impida un triunfo de Castillo.
La tensión se elevó esta semana luego de que políticos de derecha radical y militares retirados pidieran la anulación de las elecciones, un último recurso para evitar que Castillo sea el nuevo presidente de Perú.
El presidente interino, Francisco Sagasti, rechazó el viernes el llamado para que las Fuerzas Armadas impidan que Castillo sea eventualmente proclamado ganador.