Río de Janeiro. El Partido de los Trabajadores (PT) se aferra a la figura de su líder histórico, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, al presentarlo este sábado como figura central de su campaña televisiva a pesar que la Justicia electoral brasileña invalidara su candidatura.
Tras una maratónica sesión que terminó la madrugada del sábado, el Tribunal Superior Electoral (TSE) rechazó la candidatura de Lula , que cumple una condena de más de 12 años de prisión por corrupción y lavado de dinero.
Los jueces del TSE adoptaron esa decisión por mayoría, pocas horas antes del inicio de la campaña por televisión, que puede ser determinante para aclarar el panorama de la elección más incierta de las últimas décadas.
El TSE dio plazo al PT hasta el 12 de septiembre para encontrarle un reemplazante al líder, prohibió realizar actos de campaña por Lula y ordenó retirar su nombre de las urnas electrónicas.
Pero con imágenes de entrevista grabadas y de su presencia en actos de la agrupación, el PT insistió en el video de campaña transmitido este sábado que “entrará con todos los recursos para garantizar el derecho de Lula a ser candidato” a las elecciones del 7 de octubre.
“Vamos a mantener (...) una posición política, moral entorno al liderazgo de Lula y al deseo de más del 50% de los brasileños”, declaró este sábado Fernando Haddad, su compañero de fórmula, durante una conferencia de prensa en Pernambuco (noreste), el estado natal de Lula.
El lunes por la mañana, Haddad debe visitarlo en la cárcel de Curitiba y por la tarde participará en mitines en Porto Alegre.
Para el analista político de la Fundación Getulio Vargas (FGV) Eduardo Grin “el juego comenzó ahora. A partir de ahora definitivamente el PT no puede retrasar más la decisión de hacer algo, (...) que es asumir públicamente que Lula no es candidato”.
“Lula seguirá sobrevolando las elecciones brasileñas en este período. Lula no saldrá de las elecciones y eso significa que la estrategia comunicacional del PT ha sido exitosa”, destacó.
En caso que Haddad, de 55 años, sea designado candidato, su compañera de fórmula será Manuela D’Avila, del Partido Comunista do Brasil (PCdoB), según un acuerdo previo entre ambos partidos.
Panorama para otros
Por su parte, el resto de los candidatos ven ahora un panorama más claro e intentarán ganar terreno.
Lula, de 72 años, es favorito en las encuestas. En el último sondeo de Datafolha amasa 39% de las intenciones de voto, 20 puntos más que el ultraderechista Jair Bolsonaro, su más inmediato seguidor. El estudio indica además que Lula derrotaría a cualquier adversario en una segunda vuelta.
En su ausencia, Bolsonaro iría a una segunda vuelta con la ecologista Marina Silva, una exministra de Lula .
Silva sostuvo en un comunicado que “a partir de la decisión del TSE, el proceso electoral podrá seguir por sus cauces legales”. “Sin embargo, la Justicia tiene que alcanzar aún a todos los que cometieron crímenes y que están protegidos por el manto de impunidad de los fueros especiales” que gozan ministros y legisladores, agregó.
De su lado, el centroizquierdista Ciro Gomes señaló que comprende "el dolor y el momento difícil" del PT, pero que la decisión del TSE "hará que la campaña sea más clara para los electores". Su intención de voto pasa de 5% a 10% en un escenario sin Lula .
Lula fue declarado culpable en julio del 2017 de beneficiarse de un apartamento en un balneario paulista, ofrecido por una constructora para obtener su mediación en contratos con Petrobras. La condena fue ratificada y ampliada en enero a 12 años y un mes de prisión por una corte de apelación.
‘Ficha limpia’
La candidatura del exmandatario (2003-2010) fue invalidada en aplicación de la ley de “Ficha limpia”, promulgada bajo su gestión, que impide a un condenado en segunda instancia presentarse a cargos electorales.
Sus defensores, y el juez que votó a su favor, afirmaron que un reciente pedido de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU para que el líder de la izquierda pueda hacer campaña, incluso desde la cárcel, tiene carácter vinculante.
Lula, quien al abandonar el poder tenía una popularidad de más del 80%, es identificado por millones de brasileños con años de crecimiento económico y de progreso social.
En la región, el mandatario boliviano, Evo Morales, rechazó la decisión del TSE “porque atenta contra la democracia y la voluntad del pueblo brasileño”. Por su lado, la expresidenta argentina Cristina Fernández afirmó que le impiden ser candidato “porque saben que ganaría ampliamente”.
La Cancillería cubana denunció en un comunicado “las maniobras para evitar que las fuerzas políticas que emprendieron un proceso de transformaciones sociales en Brasil, regresen al gobierno”.
“El PT debe reajustar su estrategia. Nada se decidirá antes del encuentro que Haddad y otros (miembros del partido) tendrán con Lula el lunes. La transferencia de votos tal vez ocurra de todos modos”, afirmó la editorialista Tereza Cruvinel en el periódico Jornal do Brasil.