Lima. Acorralado por una oposición resuelta a echarlo del poder, Pedro Pablo Kuczynski renunció este miércoles a la Presidencia de Perú, un día antes de que el Congreso votara una moción para destituirlo por sus supuestos lazos con la empresa brasileña Odebrecht.
La salida de Kuczynski genera incertidumbre en el país que será anfitrión, en abril, de la Cumbre de las Américas, a la que asistirán el mandatario estadounidense, Donald Trump, y una treintena de gobernantes más, incluido el venezolano Nicolás Maduro, pese a haber sido eliminado de la lista de invitados.
“Pienso que lo mejor para el país es que yo renuncie a la Presidencia de la República”, dijo Kuczynski en un mensaje al país por televisión hacia las 2:40 p. m. (1:40 p. m. en Costa Rica), acompañado por los miembros de su gabinete ministerial.
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“No quiero ser un escollo para que nuestra nación encuentre la senda de la unidad y armonía que tanto necesita y a mí me negaron”, agregó Kuczynski, de 79 años, primer presidente que pierde su puesto por el escándalo de Odebrecht.
#URGENTE Esta es la carta de renuncia a la presidencia que Pedro Pablo Kuczynski (@ppkamigo) envió al @congresoperu . El documento ingresó al parlamento a las 14:43 horas #CrisisPresidencial https://t.co/zyMYJhY8Bo pic.twitter.com/VzuWanf04G
— OjoPúblico (@Ojo_Publico) March 21, 2018
Horas después, los líderes del Congreso acordaron debatir la renuncia de Kuczynski el jueves y votar al día siguiente si la aceptan, dijo a la prensa el jefe del Poder Llegislativo, el opositor Luis Galarreta.
“El debate continuaría el viernes donde ya estaría presente el vicepresidente Martín Vizcarra”, actual embajador peruano en Canadá, quien debe sustituir a Kuczynski, explicó.“Obviamente se tomará el juramento correspondiente” a Vizcarra el viernes, indicó Galarreta.
El nuevo jefe de Estado debe completar el actual periodo de gobierno, hasta julio del 2021.
Eventualmente, el Congreso podría rechazar la renuncia de Kuczynski y en su lugar destituirlo, tal como hizo con Alberto Fujimori en el 2000 después que éste se marchó a Japón en medio de un escándalo de corrupción y envió su carta de dimisión por fax.
La empresa brasileña confesó que pagó a políticos y empresarios latinoamericanos millones de dólares en soborno y dádivas para asegurarse contratos de obras públicas.
Mandatario contra las cuerdas
La presión contra Kuczynski creció en las últimas horas tras la divulgación de un video que muestra al diputado Kenji Fujimori intentando convencer a otros parlamentarios de que apoyen a Kuczynski con la promesa de obras públicas en sus distritos.
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El respaldo de Kenji evitó la destitución del presidente peruano en diciembre.A cambio, Kuczynski indultó a Alberto Fujimori (1990-2000), quien cumplía 25 años de cárcel por corrupción y crímenes de lesa humanidad.
Pero la maniobra también desató una guerra interna en el partido Fuerza Popular que lidera su hermana Keiko. Kenji y otros 12 diputados que lo apoyan fueron expulsados o se marginaron del partido mayoritario en el Congreso.
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La situación en Perú era de completa calma, sin expresiones públicas de júbilo ni pesar, mientras preventivamente la Policía se mantenía en alerta.
Galarreta manifestó que había hablado con los jefes militares y estos le expresaron su pleno respeto al orden constitucional.
Las mentiras del presidente sobre sus presuntos vínculos con Odebrecht cuando era ministro de Economía en el gobierno de Alejandro Toledo -sobre quien pesa también una orden de extradición por presuntamente haber recibido $20 millones de la constructora brasileña- terminaron por cavar su tumba política.
Odebrecht reveló que había pagado casi $5 millones por asesorías a empresas ligadas a Kuczynski cuando era ministro, lo que él siempre había negado.
La empresa admitió además que hizo aportes de campaña en el 2006 y el 2011 a los últimos cuatro ocupantes del sillón presidencial peruano y también a Keiko Fujimori.
Un sondeo de la firma Ipsos reveló la semana pasada que 58% de los peruanos cree que Kuczynski debe ser destituido, contra 37% que la rechaza.