Washington. EFE y AFP. El Pentágono aseguró el martes que, pese a ser “complicado” y no especificar aún instalaciones alternativas, se puede cerrar la prisión de la base naval de Guantánamo , Cuba, con la colaboración del Congreso antes de que en enero del 2017 finalice el mandato del presidente Barack Obama.
El portavoz del Pentágono, Peter Cook, aseguró que la clausura del penal, donde permanecen 91 internos, dependerá de “lo rápido” que el Congreso se movilice y del compromiso del Legislativo a ejecutar el plan presentado por Obama, que algunos senadores republicanos consideraron poco detallado.
A menos de un año de dejar el cargo, Obama presentó un plan con un costo de entre $290 millones y $475 millones para trasladar a los 91 prisioneros actuales a otros países y a uno de 13 posibles complejos en suelo estadounidense, que no especificó.
“Todo esto depende, en gran medida, del Congreso y de cuán rápido quiere que se actúe con base en el plan que hemos presentado. Los responsables del Departamento de Defensa que han analizado el plan, creen que es posible completar los objetivos, aunque es complicado dado el calendario”, señaló Cook en una rueda de prensa.
De esos 91 presos, 35 han recibido la aprobación para ser enviados a terceros países “en los próximos meses”, sostuvo un alto funcionario, quien solicitó el anonimato.
Posible reubicación. El nuevo plan elaborado por el Pentágono considera 13 localizaciones diferentes en territorio estadounidense para ubicar a entre 30 y 60 presos de Guantánamo que podrían no ser aprobados para transferencias, sin recomendar ninguna en particular.
Esos 13 sitios incluyen prisiones existentes en estados como Colorado, Kansas o Carolina del Sur, así como la construcción de nuevas instalaciones en algunas bases militares del país.
Este punto es precisamente el más complicado a la hora de cumplir los plazos de cerrar Guantánamo, ya que la construcción y acondicionamiento puede llevar años y porque las transferencias a territorio estadounidense debe aprobarlas el Congreso, dominado por la oposición.
“Queremos escuchar la opinión del Congreso en asuntos como las localizaciones de las instalaciones tanto si es en propiedad de Defensa como si no, o si tienen alguna preferencia”, dijo Cook.
El senador republicano John McCain, presidente del Comité de Servicios Armados, manifestó el martes que debatirán la propuesta de Obama, pero tachó de “un menú vago de opciones que no es creíble para cerrar (la prisión de) Guantánamo”.
“El presidente aún debe detallar dónde se internarán los actuales y futuros detenidos, incluidos aquellos que se determine que son demasiado peligrosos para ser puestos en libertad”.
Queda claro, entonces, que la oposición del Congreso luce como un obstáculo difícil de superar.
La iniciativa es un intento cuesta arriba de Obama por convencer a los republicanos de cambiar de opinión, en plena batalla por las elecciones presidenciales de noviembre.
“Este plan merece una revisión justa, incluso en un año electoral”, arguyó el mandatario.
Pero el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, rechazó la propuesta inmediatamente, indicando que las oportunidades de ser aprobada son casi nulas.
“Es ilegal y seguirá siendo ilegal transferir prisioneros terroristas a suelo estadounidense. No vamos a arriesgar nuestra seguridad nacional por una promesa electoral”, sentenció.