El Comité de Traspaso dio a conocer la lista de invitados a la entrega de la banda presidencial de Carlos Alvarado a Rodrigo Chaves. Entre los nombres destacó el del presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, en lugar del de Nicolás Maduro.
La decisión de invitar a Guaidó y no a Maduro no solo tiene un trasfondo político, sino también ético, pues Costa Rica no comparte los ideales en los que Maduro ha gobernado durante los últimos nueve años.
“La indicación que dio Rodrigo Chaves es enviar la invitación a todos los países donde Costa Rica tiene representación”, aseguró a La Nación la diputada electa por el partido Progreso Progreso Social Democrático (PPSD), Ada Acuña.
Guaidó, quien a sus 38 años es diputado y jefe legislativo en Venezuela, fue reconocido por Costa Rica como presidente interino luego de su proclamación en enero del 2019. Un mes después, María Farías fue nombrada por Guaidó como embajadora en Costa Rica, despojando a los diplomáticos de Maduro.
Como represalia, el régimen chavista expulsó al embajador costarricense en Caracas. En tanto, las relaciones que tiene el país son directamente con el Gobierno interino de Guaidó.
La convocatoria consiste en “una primera invitación a los gobiernos, la cual debe ser respondida con un “sí o no”, luego esos gobiernos deben confirmar a quién enviarán, ya sea un presidente, vicepresidente o ministro. Asimismo, pueden enviar al embajador que tienen en el país”, explicó Acuña a este medio.
El acto solemne —al que están invitadas otras 459 figuras de gobierno— se llevará a cabo el 8 de mayo en el edificio de la Asamblea Legislativa. Al plenario ingresarán 120 personas, incluidos los 57 diputados, los demás invitados observarán la transmisión desde salones aledaños. Al igual que Maduro, el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, tampoco fue invitado.
En el 2019, con 35 años, Guaidó se convirtió en la figura más joven en presidir la Asamblea Nacional de Venezuela. Luego, se declaró presidente interino frente a una multitud de simpatizantes en Caracas. Con la Constitución Política en la mano, aseguró que la elección de Maduro en el 2018 fue ilegítima y que el puesto de presidente estaba vacante.
“Hoy 23 de enero del 2019, en mi condición de presidente de la Asamblea Nacional, invocando los artículos de la Constitución (...) ante Dios todopoderoso, Venezuela (...) juro asumir formalmente las competencias del Ejecutivo Nacional”, declaró al pedir a los asistentes que levantaran la mano derecha.
Desde su proclamación, Guaidó designó cancilleres y embajadores en una veintena de países, incluso colocó un delegado en la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Además, ordenó el uso de fondos millonarios —congelados en el extranjero por estar involucrados con presuntos lavados de dinero— en asuntos humanitarios y administrativos.
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‘Dictaduras modernas’
De su lado, Maduro, quien está en el poder desde el 2013, fue reelegido el 18 de mayo del 2018 para continuar su mandato hasta el 2025, cuando se llevarán a cabo las próximas elecciones.
En esa ocasión, Maduro obtuvo, supuestamente, 5,8 millones de sufragios, de un total de 8,6 millones de votos, derrotando así al exchavista Henri Falcón, quien desconoció el proceso electoral y pidió que se repitieran las elecciones. Al igual que en la reelección de Ortega, en Nicaragua, Costa Rica no reconoció los resultados de los comicios.
Por otro lado, el 21 de noviembre anterior, Venezuela realizó las elecciones regionales, con poca transparencia y presentando “persistentes deficiencias estructurales”, según la Misión de Observación de la Unión Europea (UE).
En esos balotajes, el chavismo gobernante ganó la alcaldía de Caracas y 20 de las 23 gobernaciones, en un proceso en el que la oposición volvió a participar después de años de boicot y llamados a la abstención.
Además, los observadores de la UE fueron “testigos del establecimiento de puntos de control” ilegales del partido de gobierno, llamados “puntos rojos”, en las proximidades de los centros de votación. Asimismo, lamentaron la por herida de bala de un civil en un centro de votación, en un hecho que las autoridades venezolanas dijeron fue “aislado” de la elección.
Antes de la pandemia, a inicios del 2020, se contabilizaron al menos 40.000 venezolanos en Costa Rica, quienes aseguraron “huir” del régimen de Maduro. “En los últimos años, los venezolanos llegan en condiciones más vulnerables, con carencias de alimentación, salud, empleo y abrigo.
Muchos de ellos solo cuentan con los medios económicos para comprar el boleto de avión y llegan a Costa Rica solicitando que se les otorgue la condición de refugiado”, indicó la Organización de Estados Americanos en un informe.
Según el documento, los venezolanos escapan de la profundización de la crisis humanitaria, del aumento de la represión y de las fallas en los servicios básicos. Además, sufren por la falta de acceso a la documentación, el incremento de la violencia y la carencia de empleo, “producto de un régimen que ha coartado sistemáticamente las libertades”.
En esa ocasión, la OEA felicitó las políticas costarricenses que permitieron el ingreso de los migrantes venezolanos y nicaragüenses que huyen de las “dictaduras modernas”, como llamó la entidad a los regímenes de Maduro y Ortega.
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