París. El presidente francés, Emmanuel Macron, realizó este martes una remodelación de su gobierno con la que busca dar un nuevo impulso a su presidencia y tratar de frenar su caída de popularidad en los sondeos.
Los cambios fueron anunciados dos semanas después de la inesperada dimisión del titular de Interior, Gérard Collomb, quien será remplazado por Christophe Castaner, uno de los más fieles aliados del mandatario.
Castaner, exmilitante socialista, ocupaba la secretaría de Relaciones con el Parlamento y era el delegado general del partido creado por Macron, La República en Marcha (LREM).
El diputado de centroderecha Franck Riester fue nombrado por su parte ministro de Cultura en remplazo de la editora Françoise Nyssen, envuelta en un escándalo por la renovación de las oficinas de su editorial.
El centrista Marc Fesneau, presidente del grupo parlamentario MoDem, fue nombrado ministro de Relaciones con el Parlamento en sustitución de Castaner.
Su colega de partido, Jacqueline Gourault, fue designada ministra de la Cohesión de los Territorios, cargo ocupado hasta ahora por Jacques Mézard, mientras que el exsenador socialista Didier Guillaume fue nombrado ministro de Agricultura.
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Emmanuel Macron reorganizó su gobierno para constituir "un equipo renovado, dotado de un segundo impulso, pero cuyo mandato político sigue siendo el mismo", señala un comunicado del Elíseo, sede de la presidencia.
"Este equipo gubernamental va a inscribir su acción en la continuidad política desarrollada por el gobierno y del calendario de reformas de los próximos meses", agrega.
Sin embargo, los analistas expresaron dudas de que esta remodelación, sobre la cual Macron hablará el martes por la noche durante una breve alocución retransmitida por televisión, cambie significativamente la percepción de los franceses sobre su gobierno.
"Es una reorganización muy técnica ... lo que significa que es poco probable que despierte pasiones", señaló Chloé Morin, analista de la compañía de encuestas Ipsos.
La dimisión de Gérard Collomb el 3 de octubre abrió una nueva crisis en el gobierno de Emmanuel Macron, cuya popularidad está en caída libre, después de casi un año y medio en el poder.
La relación de Macron con Collomb comenzó a deteriorarse a mediados de este año con el “caso Benalla”, el nombre del exresponsable de la seguridad del presidente que fue filmado agrediendo a manifestantes durante las manifestaciones del 1°. de mayo.
Convocado a comparecer ante una comisión de investigación parlamentaria, Collomb se había defendido de haber encubierto a Alexandre Benalla y había apuntado la responsabilidad de la mala gestión de ese caso a la presidencia, que no informó sobre los hechos a la Justicia.
Su renuncia vino después de la del popular ministro de Ecología, Nicolas Hulot, que dimitió en agosto en vivo en la radio y sin previo aviso, y de la de la popular ministra de Deportes, Laura Flessel.
El nombre de Christophe Castaner sonaba desde hace varios días para reemplazar a Collomb, que oficialmente salió del gobierno para volver a su antiguo cargo de alcalde de Lyon.
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Castaner, de 52 años, es recompensado por su lealtad al presidente, a quien conoció en 2013 cuando éste último era secretario general del Elíseo y él diputado socialista.
El nuevo gobierno, formado por 34 miembros, incluyendo 17 mujeres, respeta el principio de paridad de sexos.
Emmanuel Macron y el primer ministro Edouard Philippe quisieron respetar "los equilibrios hombres/mujeres, políticos profesionales/miembros de la sociedad civil y derecha/izquierda" como al inicio del quinquenio, dijo el Elíseo.
Macron, un exbanquero de inversiones, sacudió la vieja política francesa en 2016 creando un movimiento ni de derecha ni de izquierda, proeuropeo y proempresas. Un año después ganó las presidenciales, barriendo con los dos grandes partidos tradicionales de derecha e izquierda que se alternaban en el poder desde hace medio siglo.
Sin embargo, 17 meses después de su triunfo, las encuestas muestran que apenas el 30% de los franceses tienen una opinión positiva de su presidencia.