Washington
El presidente Donald Trump propuso este lunes un aumento de $54.000 millones al próximo presupuesto federal estadounidense para gastos militares, una iniciativa que definió como un incremento presupuestario "histórico" para volver a "ganar guerras".
Un día antes de su esperado primer discurso ante las dos cámaras del Congreso, el mandatario adelantó que su proyecto para el próximo presupuesto federal estará centrado en la "seguridad nacional" para proteger a los estadounidenses.
Una fuente de la Casa Blanca que solicitó el anonimato dijo a la prensa que el gobierno pedirá al Congreso un aumento equivalente al 9% del presupuesto militar, que será compensando con recortes en otros sectores de la máquina pública.
"La mayor parte de las agencias federales tendrán que registrar recortes de sus presupuestos", explicó la fuente, que se negó a comentar reportes de prensa que mencionan substanciales cortes en el Departamento de Estado y en la agenda de protección ambiental.
El presupuesto para defensa aprobado para el año fiscal en curso (incluye el Departamento de Defensa, actividades nucleares de defensa y otras relacionadas) asciende a $615.000 millones.
Ese plan de gastos es casi el triple del de China, que tiene el segundo mayor en términos militares, y casi ocho veces superior al de Rusia, de acuerdo con el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (Sipri).
La propuesta de presupuesto federal de Trump, cuyo valor asciende a unos $4 billones, deberá conocerse en las próximas semanas, y se espera que traduzca en números lo que prometió durante su campaña presidencial.
Tradicionalmente, los gastos militares y de defensa se llevan la mitad del presupuesto federal.
"Conocerán detalles mañana (por el martes) en la noche", dijo Trump a la prensa, en referencia al discurso ante el Congreso.
'Mensaje al mundo'. "Será un evento enorme, un mensaje al mundo en estos tiempos peligrosos, sobre la fuerza y la determinación de Estados Unidos", adelantó el gobernante.
En la visión de Trump, Estados Unidos debe "volver a ganar guerras".
"Cuando yo era joven, todo el mundo decía que Estados Unidos jamás había perdido una guerra. ¿Lo recuerdan? Ahora, ya no ganamos más ninguna guerra", dijo.
Las declaraciones de Trump provocaron reacciones inmediatas.
En tanto, el director de la Oficina de Presupuesto en la Casa Blanca, Rick Mulvaney, señaló que la idea es coherente con las propuestas de campaña de Trump.
"Estamos tomando sus palabras y transformándolas en políticas y números", expresó.
El líder del Partido Demócrata en el Senado, Chuck Schumer, afirmó que el presupuesto militar adelantado por Trump era simplemente "moralmente indefendible".
"Este presupuesto moralmente indefendible del presidente Trump va a enviar más y más dinero hacia el Pentágono (el Departamento de Defensa) en perjuicio de los más pobres y del planeta. Es una pésima idea", comentó el legislador.
Este aumento en los gastos militares forzará recortes en programas "que benefician a la clase media, protegen a los consumidores y aseguran la calidad del aire y del agua", añadió.
El senador Chris Coons, por su parte, insistió en la necesidad de mantener recursos para la diplomacia y el desarrollo, y recordó una frase pronunciada en el 2013 por el general James Mattis (ahora Secretario de Defensa de Trump): "Si no se financia el Departamento de Estado, debemos comprar más municiones".
En tanto, el senador republicano John McCain, un notorio crítico de Trump, sorpresivamente mantuvo su tono de crítica, pero porque consideró que el aumento fue menor de lo que el presidente había sugerido
"Podemos hacer algo mejor", comentó.
En el Departamento de Estado, el vocero interino, Mark Toner, divulgó un sucinto comunicado donde afirmó que esa oficina "está comprometida con una política externa que mejore la seguridad y la prosperidad de los estadounidenses".
Por ello, agregó, el Departamento actuará con la Casa Blanca para definir "prioridades presupuestarias".
Al inicio de febrero, durante audiencias en el Congreso, jefes militares estadounidenses afirmaron que las Fuerzas Armadas se encontraban claramente debilitadas luego de años de recortes presupuestarios y más de dos décadas de participación en conflictos.
El anterior presidente, Barack Obama, aplicó bajas en el presupuesto de defensa después del fin de las masivas operaciones estadounidenses en Irak y Afganistán.