Cali. Los presidentes de México y Colombia expresaron este sábado la necesidad de unir fuerzas en América Latina para demandar un enfoque menos represivo en la guerra antidrogas, que ambos consideran fallida a pesar del considerable apoyo de Estados Unidos.
Durante una cumbre sobre drogas celebrada en Cali, Colombia, los mandatarios, Andrés Manuel López Obrador de México y Gustavo Petro de Colombia, subrayaron que sus países son las principales víctimas de una lucha infructuosa.
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Según los líderes de izquierda, la represión beneficia a los cárteles, incrementa la violencia y no aborda el consumo en las potencias mundiales ni la pobreza que alimenta el narcotráfico.
“La política conocida como guerra contra las drogas ha fracasado. No es efectiva”, afirmó Petro en la Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre Drogas para la Paz, la Vida y el Desarrollo.
Representantes de más de veinte países coincidieron en la necesidad de unificar sus voces y exigir un nuevo enfoque global para abordar este problema.
Por su parte, López Obrador resaltó la importancia de abordar las causas que llevan a los jóvenes a unirse a los cárteles y reconsiderar un nuevo enfoque.
“No debemos centrarnos únicamente en medidas coercitivas; debemos dar prioridad al hecho de que la paz es el resultado de la justicia”, añadió el presidente mexicano.
Además, hizo hincapié en la necesidad de combatir el consumo de fentanilo, un opioide hasta 50 veces más potente que la heroína, que ingresa a Estados Unidos a través de México y causa la muerte de casi 200 personas al día en ese país, según datos oficiales.
Tras medio siglo de lucha contra el narcotráfico, Colombia sigue siendo el principal productor mundial de cocaína, lo que alimenta la violencia y dejó más de 9 millones de víctimas. México también se encuentra sumido en una espiral de violencia, con alrededor de 350,000 muertes desde que el presidente conservador Felipe Calderón (2006-2012) declaró la guerra a los cárteles con la participación de las fuerzas militares.
Pobreza y desigualdad
Este cambio de enfoque en la lucha antidrogas es parte de la política de “paz total” de Petro, que busca poner fin a seis décadas de violencia en Colombia a través del diálogo con todas las organizaciones ilegales.
A medida que la producción de cocaína alcanza niveles récord en Colombia, Estados Unidos sigue siendo el mayor consumidor. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 2021 los cultivos de droga ocuparon 204,000 hectáreas, un aumento del 43% en comparación con el año anterior.
Petro argumentó que la dinámica de la llamada guerra contra las drogas afectan a todas las sociedades latinoamericanas con sus consecuencias.
En un enfoque más social, señaló que para erradicar el narcotráfico es necesario reducir la demanda y afirmó que el único “antídoto” contra las adicciones es “el amor”. Aseguró que la droga reemplaza la falta de afecto y la soledad.
El presidente mexicano, que no tiene intención de replicar la política de “paz total” en su país, coincide en la importancia de abordar las raíces del narcotráfico.
“Primero debemos luchar contra la pobreza y la desigualdad para abordar el problema de la violencia. Debemos ofrecer empleo, salarios justos y brindar oportunidades de educación y trabajo a los jóvenes”, insistió.
La primera visita oficial de López Obrador a Colombia tiene lugar en un momento en que la izquierda vuelve a tomar relevancia en América Latina, con el regreso de Lula da Silva en Brasil y la llegada de Gabriel Boric al poder en Chile. Este sábado, Petro y López Obrador viajarán a la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado contra Salvador Allende organizada por Boric en Chile.