Roma. El nuevo primer ministro italiano, Mario Draghi, instó este miércoles al Parlamento a dejar las divisiones y unirse para “reconstruir” el país de manera de hacer frente a emergencias sin precedentes como la pandemia de covid-19 y la recesión.
"Como los gobiernos inmediatamente después de la guerra, tenemos la responsabilidad de lanzar una nueva reconstrucción", dijo durante su primera comparecencia ante el Senado.
El economista y ex presidente del Banco Central Europeo (BCE) ilustró su programa de gobierno y los retos que deberá encarar para hacer frente a la pandemia que generó una recesión histórica.
Draghi reconoció que su primer desafío será sin duda la lucha contra la pandemia de coronavirus y ocuparse de aquellos que han perdido su empleo.
“El virus es el enemigo de todos. No más rivalidades”, expresó al referirse al clima político en Italia, marcado por las divisiones y vetos cruzados entre las fuerzas políticas.
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En su discurso, el nuevo jefe de Gobierno instó a los parlamentarios a asumir con “responsabilidad nacional” y espíritu “republicano” la lucha contra la pandemia e invitó a todos los partidos a abandonar la conflictividad en nombre de la batalla común contra la covid-19.
“El principal deber al que hemos sido llamados, en particular el mío como presidente del Consejo de Ministros, es luchar contra la pandemia por todos los medios y salvar las vidas de nuestros conciudadanos”, recalcó.
Draghi, quien había permanecido casi en silencio desde que asumió el cargo el sábado, debería lograr sin problemas la confianza de ambas cámaras del Parlamento, ya que cuenta con una amplia y heterogénea mayoría, desde la izquierda hasta la derecha.
Italia en Europa
En su discurso, de casi una hora, reiteró que el euro “es irreversible”, una clara advertencia al partido ultraderechista de Matteo Salvini, que apoya al gobierno, pero que en los últimos días no ha perdido ocasión para poner en duda la moneda europea.
“Sin Italia no hay Europa. Pero fuera de Europa hay menos Italia”, planteó en un discurso en el que subrayó que liderará un ejecutivo “europeísta y atlantista”.
Al término de la jornada, Draghi se someterá a un voto de confianza en el Senado. El jueves será el turno de la Cámara de Diputados.
Draghi se refirió también al problema social que la pandemia ha agravado, sobre todo por el aumento de las diferencias sociales y la pérdida de puestos de trabajo.
Igualmente elogió a su predecesor Giuseppe Conte por su labor para hacer frente a la pandemia, una mención que provocó aplausos, e instó a todos los partidos a la unidad.
“La unidad no es una opción, es un deber”, recalcó.
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Italia, que se acerca al umbral de las 100.000 muertes por covid-19, registró en el 2020 una de las peores caídas del producto interno bruto (PIB) de la zona euro (-8,9%).
La tercera economía de la zona euro depende en gran medida del fondo extraordinario otorgado por la Unión Europea de más de 200.000 millones de euros ($240.000) para la reconstrucción del país y cuyo programada detallado deberá ser presentado en abril.
Retos y prioridades
“Esos recursos serán destinados a mejorar el potencial crecimiento de nuestra economía”, explicó durante su intervención, en la que enumeró desafíos y prioridades.
Entre ellas figuran la innovación tecnológica, la transición ecológica, la movilidad sostenible y la igualdad de género.
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El jefe de Gobierno defendió también una política que proteja el medio ambiente, por lo que citó al papa Francisco: “Queremos un buen planeta y no solo una buena moneda”.
Si bien los cálculos de la prensa confirman que Draghi obtendrá la confianza, las dificultades para el prestigioso economista ya comenzaron.
El fin de semana estalló una virulenta polémica liderada por la derecha contra el ministro de Salud, Roberto Speranza, representante del sector más a la izquierda del gabinete, tras prohibir con poca antelación la reapertura de las pistas de esquí debido al brote de las nuevas variantes de coronavirus.
“Tenemos un gobierno muy fuerte desde el punto de vista de la competencia de los ministros, pero con un equilibrio político muy frágil”, señaló la analista Teresa Coratella del Consejo Europeo para la Relaciones Exteriores.