La crisis política abrió un nuevo capítulo en Ecuador con la decisión del presidente Guillermo Lasso de recurrir a un decreto de “muerte cruzada” que provocó la disolución del Congreso, el fin anticipado de su mandato y el llamado a elecciones en tres meses.
Aunque de momento persiste la calma en las calles, en ese país ahora crece la incertidumbre sobre quién será el próximo mandatario.
LEA MÁS: Presidente de Ecuador disuelve el Congreso antes de resolverse su destitución
En conversación con La Nación, los periodistas ecuatorianos Paul Romero quien trabaja en la cadena de televisión Ecuavisa y Gisella Bayona, comunicadora de Noti Mundo en la radio ecuatoriana 98.1 FM, comentaron que ya empiezan a sonar algunos nombres.
El Consejo Nacional Electoral de Ecuador anunció que la primera vuelta se llevará a cabo el 20 de agosto y que el balotaje, en caso de ser necesario, se realizaría el 15 de octubre.
Paul Romero consideró que Revolución Ciudadana, grupo afín al expresidente izquierdista Rafael Correa, es la estructura política mejor organizada en este momento y la que podría enfrentar con mayor capacidad de convocatoria a las elecciones anticipadas. “Las otras organizaciones políticas están dispersas”, aseveró.
Al respecto, Gisella Bayona mencionó que Revolución Ciudadana mantiene un “voto duro del 30%”, luego de arrasar en las elecciones de alcaldías y concejales, en febrero pasado.
Sin embargo, indicó que la izquierda se podría dividir porque hay más candidatos como el líder indígena Yaku Pérez, quien incluso estuvo cerca de llegar a la segunda vuelta en las elecciones con Lasso “y otros candidatos que ya empiezan a salir y aprovechando, como en río revuelto, el momento político que vive el país”.
De momento, se conoce la probable candidatura del exlegislador Fernando Villavicencio y se espera que conforme pasen los días vayan surgiendo más nombres para la Presidencia y el Congreso.
Con respecto a una posible reelección de Lasso, ambos periodistas ven poco probable que el presidente pueda seguir en el cargo debido a su baja popularidad.
Juicio político
Antes de la decisión de disolver la Asamblea Nacional, el presidente Guillermo Lasso estaba enfrentando un juicio político en ese foro, cuestionado por un presunto peculado en la adjudicación de unos contratos de la empresa pública Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec).
“Según la oposición o los legisladores interpelantes, él conocía de presuntos actos de corrupción de esta empresa pública y no actuó, es decir, le estaban acusando de omisión y de responsabilidad política al no haber tomado acciones para evitar presuntos actos de corrupción”, afirmó el periodista Paul Romero.
El proceso, que pudo llevar a la destitución del gobernante, debía continuar el pasado miércoles 17 de mayo, pero el mandatario se adelantó con la histórica invocación de la “muerte cruzada”. Es la primera vez que se aplica en Ecuador, luego de que su inclusión en la Carta Magna fuera impulsada por el expresidente izquierdista Rafael Correa.
Es importante conocer en qué consiste la figura de “muerte cruzada”. Romero comentó que la Constitución ecuatoriana permite la disolución de la Asamblea Nacional y anticipar el fin del periodo presidencial; también faculta al mandatario a seguir gobernando mediante decretos-ley que deben pasar por el visto bueno de la Corte.
Lo anterior quiere decir que Lasso tendrá funciones hasta que se designe un nuevo gobernante, quien tomará las riendas del país por lo que resta del periodo 2021-2025. Además, todos los congresistas quedaron destituidos hasta las próximas elecciones donde el pueblo, por medio del voto, designará a los nuevos.
“Es decir, estas elecciones son solamente para lo que resta del periodo actual (un año y medio) (...). Es un presupuesto muy grande llamar ahora a elecciones y en 2025 para volver a elegir presidente y asambleístas”, comentó Bayona.
Lasso ha había salido airoso, en junio del año pasado, de un primer intento de la Asamblea Nacional por destituirlo en medio de manifestaciones lideradas por indígenas, que dejaron seis muertos.
Fue una época en la que se sucedieron más de una decena de masacres carcelarias, el crecimiento de la inseguridad y el narcotráfico, al tiempo que surgieron violentas protestas sociales por el alto costo de vida.
Tensa calma
Luego de las protestas vividas en Ecuador en semanas anteriores, una tensa calma reina en ese país luego de la disolución del Congreso.
“No ha habido problemas hasta el momento y más bien, podríamos decir que la gente reaccionó de una u otra forma en respaldo a la decisión del presidente a una asamblea que tenía apenas el 4% de aprobación de su gestión es decir, era una asamblea impopular”, explicó Romero.
Sin embargo, el comunicador señaló que la aprobación a la medida no significa que los ciudadanos apoyen al mandatario. “Hasta antes de la muerte cruzada del presidente tenía un respaldo a su gestión del 20% bastante bajo, pero esta decisión aparentemente le ha permitido tener algo de oxígeno”, indicó.
De hecho, de momento no se registran manifestaciones en las calles y el Gobierno no ha anunciado ninguna medida represiva. “Se garantiza la normal circulación, no va a haber toques de queda o estados de excepción porque no va a ser necesario”, manifestó Bayona.