Londres. Buscando calmar urgentemente unos mercados financieros sumidos en el caos, el nuevo ministro de Finanzas británico anunció el lunes la supresión de “casi todas las medidas fiscales” presentadas tres semanas antes por el gobierno de Liz Truss, cuya supervivencia política se ve amenazada.
Jeremy Hunt fue nombrado el viernes tras la destitución de Kwasi Kwarteng, que permaneció en el cargo poco más de un mes, durante el cual se puso en contra a los mercados, los votantes y destacadas figuras del gobernante Partido Conservador con un muy polémico plan económico ultraliberal.
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“La primera ministra y yo acordamos ayer dar marcha atrás a casi todas las medidas fiscales anunciadas en el plan de crecimiento de hace tres semanas”, anunció Hunt ante el Parlamento el lunes, en una comparecencia urgente para calmar el nerviosismo antes de la presentación, prevista el 31 de octubre, de su presupuesto detallado.
“Quiero ser completamente franco sobre la magnitud del desafío económico al que nos enfrentamos”, añadió, haciendo temer subidas de impuestos y medidas de austeridad. Sentada junto a él en la bancada del ejecutivo, Truss, permaneció callada y con una mirada ausente.
Horas antes, en un breve mensaje televisado tras la apertura de la bolsa, Hunt avanzó los cambios previstos “para reducir especulaciones contraproducentes” sobre unas “decisiones sensibles para el mercado” al que es necesario “proporcionar confianza y estabilidad”.
Los mercados financieros británicos se vieron sacudidos por un gran nerviosismo y volatilidad desde que el 23 de setiembre Truss y Kwarteng presentaron su controvertido paquete de medidas económicas.
Este combinaba importantes ayudas públicas a las facturas energéticas y fuertes recortes de impuestos, pero no incluía nada para financiarlo más allá de engordar la ya muy abultada deuda pública británica.
Ahora, el dramático giro dado por Hunt, más centrista, debilita aún más a Truss, quien sigue en el cargo de primera ministra pero ya sin ningún poder real. Entre sus principales decisiones, las ayudas a los hogares para hacer frente a las costosas facturas energéticas se limitarán a seis meses, hasta abril, en lugar de los dos años prometidos previamente.
Este cambio y la supresión de reducciones fiscales previstas aportarán a las arcas públicas británica unos £32.000 millones ($36.000 millones) por año, estimó. En contraste, los analistas preveían un agujero financiero de £60.000 con las medidas precedentes.
Truss, en la cuerda floja
Tras este nuevo golpe a su credibilidad, la jefa de gobierno planeaba reunirse por la tarde con los diputados de su Partido Conservador para intentar convencerles de que la mantengan en el cargo.
Según la prensa británica, numerosos diputados conservadores barajan desde hace días nombres para remplazarla.
Truss es el cuarto primer ministro conservador que tiene el Reino Unido desde el referéndum del Brexit en el 2016 pero varias figuras de la derecha británica opinaron públicamente que debería dimitir, tras solo 40 días en el cargo.
¿Mercados tranquilizados?
Presentado el 23 de setiembre, el plan económico de Truss y Kwarteng hizo temer que las finanzas públicas británicas se descarrilasen. La libra cayó y el coste de la deuda pública se disparó, encareciendo a su vez el interés de los préstamos a familias y empresas.
El Banco de Inglaterra tuvo que intervenir para evitar que la situación se convirtiera en una crisis financiera, con un masivo programa de compra de deuda a largo plazo que terminó el viernes.
En un indicio de que los anuncios de Hunt pueden tranquilizar a los mercados, tras su mensaje televisado la libra subió más de 2% frente al dólar, para cambiarse a $1,1401 a las 2:35 p. m.
Por su parte, las tasas de interés de la deuda pública a 30 años cayeron a casi 4%, reflejo también de una respuesta favorable de los inversores.
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Esta reacción “sugiere que la destitución de Kwasi Kwarteng y el nombramiento de Jeremy Hunt contribuyeron a estabilizar el mercado y a restablecer la confianza en el mercado de deuda pública del Reino Unido”, indicó Victoria Scholar, analista de Interactive Investors.
Hunt avanzó durante el fin de semana que tendría que tomar medidas “duras”, con subidas de impuestos y recortes de gastos en todos los ministerios, un cambio radical respecto al programa de Truss, defensora de una política ultraliberal de impuestos bajos para incentivar el “crecimiento económico”.